La escuela rusa de Zakhar Bron
La nueva edición de los cursos de verano que durante el mes de julio desarrolla la Escuela Superior de Música Reina Sofía en el Palacio de Festivales y en la Universidad Menéndez Pelayo, en Santander, ha obtenido esta vez una respuesta casi masiva en España y fuera de ella. Cuatrocientos alumnos de piano, instrumentos de arco y música de cámara, suponen una expectativa excepcional, lo que no es de extrañar dada la categoría del profesorado.En violín, campea la escuela del ruso Zalkhar Bron, catedrático al que asisten otras dos figuras muy significativas: Serguei Fatkouline y Yuri Volguin. Bron es un ejemplo extremado de la tan necesaria pasión por la enseñanza; para él no hay horas, ni días, pausas ni descansos. Y constituye un verdadero espectáculo analizar las expresiones de su rostro cuando toca uno de los suyos.
A veces se trata de gente muy joven, de apenas 11 o 12 años, como la española Marta Mayoral, la alemana Antonia Georgiew o Yo Young Yoon, de Corea. Desde el primer momento, Bron hace de los tempranos instrumentistas auténticos artistas en agraz, alejándoles del exceso de virtuosismo a que suelen responder los llamados niños prodigio.
Pronto, en el primer tramo de la mocedad, puede sorprendernos el perfeccionismo, el fraseo, la calidad sonora y la intensidad expresiva de Motoko Toba (USA), en Bela Bartok; o la anticipada madurez conceptual de Linus Roth (Alemania), en Brahms. Pero quizá el punto culminante de los seguidores de Bron en Santander lo marcaron la española Vera Martínez Mehner, en un Bach pleno de nobleza, la alemana Erick Schumann en Wieniawski y los japoneses Tamaki Kawakubo y Daishin Kashimoto, en sus versiones verdaderamente ejemplares de la sonata de Grieg y los Tres mitos del paraimpresionista polaco Szymanowski. Con todos colaboró la excelente pianista Irina Vinogradova, maestra entera y verdadera.
La presencia entre nosotros de uno de los más grandes maestros actuales del violín me parece un triunfo de Paloma O'Shea, en la que se da en alto grado esa "pasión de enseñar" que conduce a resultados admirables. Muchas decenas, acaso centenares, de violinistas testimonian en el mundo las excelencias de la escuela de Bron, cuya cátedra en España sostiene el grupo Endesa en un mecenazgo más eficaz que buscador de relumbrón.
Babelia
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