Las basuras no se podrán tirar sin tratar a los vertederos

Las tasas de recogida de basura urbana -donde las hay- tendrán que multiplicarse para hacer frente a la reconversión de los vertederos, en la línea que sugiere una severa propuesta de directiva comunitaria sobre vertido de residuos. En una contestación dirigida por el Ministerio de Medio Ambiente (MIMAM) el pasado 28 de junio a la UE, España ve con buenos ojos esa iniciativa cuyo coste de adaptación evalúa en tomo a los 20.000 millones de pesetas."Viene a cubrir el vacío legislativo comunitario en el área (le los vertederos y a reforzar la disciplina en este área en todos los países miembros", dice en su misiva el MIMAM, aunque advierte sin aportar ninguna sugerencia que "tiene que analizar las consecuencias de algunos de los nuevos puntos, que pueden ser excesivos en determinados casos".

De aprobarse a mediados del año próximo, como está previsto en el calendario de la UE, España se vería obligada a implantar una revolución costosa en el tratamiento de basuras urbanas. El destino del 85% de las basuras que se generan son los vertederos. La directiva los considera como la última solución. Todas las basuras deben ser tratadas y recicladas de modo que reviertan al medio ambiente sin ningún perjuicio.

Para lograrlo, obliga a que el porcentaje de los residuos urbanos biodegradables enviados al vertedero en el año 2010 no exceda el 25% del total de los producidos en 1993. Antes deberán someterse a un tratamiento previo para compostarlos, inertizarlos, reducir su volumen y nocividad. Pretende reducir las emisiones de metano y utilizarlo de combustible, pues sus emisiones son casi tan nocivas para el efecto invernadero, como las del CO2

Multiplicar las tasas

El objetivo de la directiva es estimular la prevención de residuos, su reciclaje y valorización a un coste capaz de asegurar el funcionamiento de vertederos, y su tratamiento pasados 50 años de su clausura.Ninguno de estos requisitos cumple España. Juan Carlos Martínez, presidente del Club Español de Residuos, llama la atención sobre la "alegría" con la que España se adhiere a la directiva, sin hacer previsiones. "Si el Gobierno no se opone, quiere decir que asume un cambio dramático para dentro de dos años. ¿Qué va a pasar si no te dejan echar materia orgánica? Supondrá un aumento de la calidad ambiental pero a un coste no calculado que recaerá sobre los ayuntamientos y los ciudadanos".

Martínez cree que o bien se piensa eludir el cumplimiento de la directiva o el MIMAM "meterá a la gente en un lío impresionante mutiplicando por diez las tasas de basuras". Los 20.000 millones que se calculan del coste de la reconversión de vertederos le parecen escasos. "Si en España hay 120 controlados -dice-, salen a 200 millones unidad, muy poco dinero para implantar instalaciones modélicas. Habrá que subir de las 2.000 o 700 pesetas la tonelada de basura que se paga ahora a 5.000. El peor enemigo de este objetivo es un vertedero barato".