"La ignorancia es la peor toxicomanía", advierte Víctor Gómez Pin

"Los verdaderos problemas de la vida, el arte y la ciencia han quedado subsumidos en la actual cultura dominante, y en su lugar las cuestiones más nimias y superficiales son tomadas por lo real, en una ceremonia de distorsión aberrante", afirma el filósofo Víctor Gómez Pin."Todo lo que no sea lucidez crítica es drogadicción, ya que, desde Aristóteles, la aspiración a la lucidez es el cimiento imprescindible de la condición humana. Por contra, la ignorancia -o la asunción acrítica de la ideología imperante- constituye la más grave de las toxicomanías", agregó el catedrático de filosofía, en su participación en el curso Drogas, conciencia alterada y realidad, organizado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y dirigido por el sociólogo Antonio Escohotado. Gómez Pin definió al droga como "ceguera del espíritu", esto es, darse un chute de adscripción a "los falsos valores, las falsas causas, las falsas guerras", y se mostró pesimista con las condiciones sociales de desenganche al respecto, pues "no creo que quienes viven de la ideología escuchen siquiera los posicionamiento s críticos. Hay toda una industria de los prejuicios pertrechada para que no recaiga sobre ellos el más mínimo análisis".

Bajo esta misma noción de la realidad social y mediática como "conciencia alterada", el sociólogo Oriol Romaní ponderó la dificultad de hallar la emancipación a través de las propias sustancias embriagadoras. "Lo negativo de las drogas es su sometimiento a modas y a estereotipos regulados sobre el desvío, por parte del discurso oficial", señaló. Para Antonio Escohotado, que pronunció la conferencia de clausura, Drogas y dignidad humana, la más dura de las drogas es "la abstinencia obsesiva". "La mejor prevención del uso indebido de las drogas es elevarlo a una de las bellas artes, antes que satanizarlo, sepultándolo bajo un alud de embustes e ignorancia", dijo Escohotado, para apostillar que "el uso de las drogas estimula el amor propio, lo que es un revulsivo contra la polución ideológica imperante".