HB reúne a menos de un millar de personas en todas sus contramanifestaciones
La llamada de Herri Batasuna a sus simpatizantes para concentrarse a la misma hora en que partía en Bilbao la manifestación que exigia la libertad del concejal del PP sólo logró reunir en el País Vasco a unas mil personas. En Vitoria, la Ertzaintza tuvo que proteger a los contramanifestantes de HB. Anoche, el único dirigente de HB que se refirió al dramático desenlace del secuestro fue el parlamentario navarro Patxi Zabaleta. "Me sumo al dolor de este chico, que es aún una persona viva, de su familia y de su entorno", dijo Zabaleta, que el viernes había pedido "expresamente" a ETA que liberase a Blanco.
En los barrios bilbaínos de Deusto y San Ignacio, HB sólo reunió a unas decenas de personas. En San Sebastián, un centenar de participantes, entre quienes estaba el concejal donostiarra y miembro de la Mesa Nacional Joseba Álvarez, se concentraron durante 15 minutos en la plaza del Buen Pastor. De espaldas a las fuerzas de la policía autónoma vasca, los simpatizantes de HB repitieron la consigna "los asesinos llevan lazo azul".La Ertzaintza protegió en Vitoria a medio centenar de manifestantes radicales, entre ellos el dirigente de la Mesa Nacional Antón Morcillo. Grupos de transeúntes que pasaban ante los concentrados les increparon e insultaron con gritos de "¡asesinos!" y "¡que se vayan!". Cuando después, y en número muy superior, unas 500 personas, según fuentes del Gobierno vasco, se concentraron en el mismo lugar para pedir la libertad de Blanco, los agentes continuaron separando a ambos grupos hasta que la concentración radical se disolvió y abandonó el lugar. La Ertzaintza identificó a dos personas, pero no hubo detenciones.
Negativa a identificarse
Según la Consejería de Interior, en total se celebraron contramanifestaciones en unas 30 localidades vascas. Reclamaban el acercamiento de los presos de ETA a las cárceles de Euskadi. En Zestoa (Guipúzcoa), la policía autonómica detuvo a tres personas de las 10 que formaron la contramanifestación, por negarse a facilitar a los agentes su identidad. Las contramanifestaciones más numerosas se celebraron en San Sebastián, en las localidades guipuzcoanas de Hernani y Motriku y en Ondárroa (Vizcaya).En Pamplona, el concejal de HB Santi Quiroga se negó a pronunciarse sobre los métodos de ETA, al término de la contramanifestación, alegando que no existe "una situación justa y democrática". HB respondió a la exigencia de paz de centenares de miles de personas en las calles de Bilbao con un comunicado en el que acusó al Pacto de Ajuria Enea de "dar cobertura a la estrategia represiva del Estado".
HB y el departamento de Interior vasco discrepan severamente sobre el número de personas que asistieron a la convocatoria lanzada por la coalición radical abertzale. Mientras el departamento encabezado por Juan María Atutxa aseguró que apenas un millar de personas acudió a la cita por el reagrupamiento de los presos, los portavoces de HB aseguraron que el número era mucho mayor: unos 10.000 repartidos en 139 concentraciones.
Por otro lado, dos centenares escasos de personas, integrantes de la denominada Marcha por la Libertad, llegaron al centró de Bilbao sobre las seis de la tarde. Los manifestantes, que recorren el País Vasco y Navarra desde el pasado 29 de junio en conmemoración del 20º aniversario de la que fuera la más grande movilización vivida en Euskadi, pasearon sus banderas frente al Ayuntamiento coreando consignas a favor de la independencia del País Vasco y la amnistía para los presos.
Desde los balcones de los edificios y al pie de la calle, los transeúntes, que se habían enterado hacía escasos minutos del hallazgo de Miguel Ángel Blanco en Lasarte (Guipúzcoa), con dos tiros en la cabeza, volcaron su ira con insultos hacia los manifestantes, que vociferaban. Jóvenes y mayores comenzaron a gritar "¡hijos de puta!" y "¡asesinos!" a los integrantes de la Plataforma Abialdian, que respondieron con sarcasmo y gestos chulescos. Furiosamente, la Ertzaintza tuvo que meterse entre los viandantes los integrantes de la marcha, en los momentos en que la tensión cristalizó en conatos de pelea.
Este grupo radical tenía previsto celebrar un acto a las siete de la tarde, que fue suspendido ante la tensa situación.
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