Théâtre Zingaro, una de las grandes estrellas del Festival de Aviñón
De belleza espectacular y a mismo tiempo íntima, con la coreografía que hace evolucionar en una demostración de técnica y destreza a Jinetes y caballos unidos indisolublemente al modo de centauros, el Théátre Zíngaro, que desde el 11 de julio al 2 de agosto atraerá, él solo, a 20.000 esectadores (una quinta parte de las entradas que se prevén vender), es este año, con el estreno de Eclipse, una de las grandes estrellas del Festival Se Aviñón. Una compañía diirigida por el carismático Bartabas que hace del teatro ecuestre un arte mayor. Lejos de contar una historia, las puestas en escena de Bartabas se adscriben a la poética de la imágenes, convierten en centro de su creatividad la creación del hombre y el caballo a la búsqueda de emociones y sensaciones plásticas y musicales. Es indudable que gran parte de los valores del Théátre Zíngaro se adscriben al romanticismo, a la magia que ejerce sobre la con ciencia de un Occidente super tecnificado el concepto ancestral, tribal, de la compañía. El Théátre Zíngaro, en efecto, se asienta en el imaginario de las culturas nómadas que han he cho de la relación del caballo y el hombre una forma de vida que presupone una espiritualidad y, por tanto, un arte. Tras el enorme éxito de Chimére, espectáculo con el que la tribu de Bartabas congregó desde 1994 a medio millón de espectadores de todo el mundo, Éclipse aborda una estética sólo en blanco y negro y danza al son de la música shinawi, procedente de Corea. El blanco y el negro tienen su correspondencia poética con el reconocimiento de las contradicciones en el sentido místico del yin y el yan, mientras que las melodías shinawi, a la vez violentas y delicadas, suponen la naturaleza conflictiva de los estados del alma humana. Un total de 12 jinetes y 25 caballos adiestrados prodigiosamente serán los protagonistas del viaje místico que propone este espectáculo, que con certeza volverá a dar la vuelta al mundo. La ruda poesía de Éclipse devolverá, a miles de espectadores la felicidad de un tiempo en que el hombre vagaba por espacios sin límites, el hombre y su caballo frente a la inmensidad de la naturaleza.
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