El Gobierno cambia a los 'seis sabios ' que en su último informe piden un Presupuesto más restrictivo

Los seis sabios que asesoran al Gobierno en política económica presentaron ayer el que será su último informe, ya que Economía ha decidido nombrar su comité. El actual fue creado por Pedro Solbes, ministro de Economía socialista. Los sabios de Solbes se van alertando del riesgo de tensiones inflacionistas y recomiendan un Presupuesto más restrictivo que el previsto en el Programa de Convergencia para 1998. Esas tensiones vendrían con un crecimiento del 3,5%, apoyado en la aceleración del consumo privado y la inversión. Entre 1997 y 1998 se crearán 700.000 empleos, si bien no consideran que a finales de este año el paro registrado descienda de los dos millones, como asegura el Gobierno.

El Grupo de Expertos de Previsión Económica (GEPE), creado por el anterior Gobierno -formado por Ángel Laborda (subdirector de Previsión y Coyuntura), José Juan Ruiz (director de Política Económica con Solchaga y hoy en el Banco Santander), Julio Alcaide (Fundación FIES), Juan Iranzo (Instituto de Estudios Económicos, próximo a CEOE), Federico Prades (Asociación Española de Banca) y Antoni Espasa (catedrático de la Universidad de Alcalá)-, presentó ayer su séptimo y último informe. Economía ha decidido dar por cerrada una etapa y cambiará tanto los componentes del grupo como sus tareas.En el último informe, los expertos revisan al alza sus últimas previsiones y coinciden, en esencia, con las expectativas oficiales más optimistas. En línea con lo anticipado anteayer por el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, los expertos creen que la economía crecerá este año un 3,2% y el próximo, un 3,5%.

En opinión de los sabios, España está ahora en unas buenas condiciones para multiplicar el efecto de una recuperación internacional. Las perspectivas de que España formará parte del euro en el grupo de cabeza, la mejora en la confianza de los agentes económicos y sociales, el saneamiento y la estabilidad macroeconómica y el descenso de tipos de interés, son los factores que permiten ese optimismo.

La aceleración del consumo privado (3% de crecimiento medio en 1997 y 3,2% en 1998) y de la inversión (4,5% y 6,7% en cada año) son, en su opinión, los principales motores de la actividad económica. Pese a ello, los expertos no esperan una "explosión" del consumo privado y por ello apuestan por crecimiento de los precios (IPC diciembre sobre diciembre) del 1,8% en 1997 y del 2,2% un año después.

Sin embargo, este panorama casi idílico no está libre de incógnitas. Los sabios creen que el crecimiento será intenso y duradero sólo si se adoptan medidas para que no aparezcan desequilibrios graves. En concreto, insistieron en que no preven "excesivas" tensiones inflacionistas "aunque no podemos dejar de pensar en ello, al menos como riesgo", según explicó Ángel Laborda, que' ayer actuó como portavoz.

Margen para bajar tipos

Sin embargo, la política monetaria ya no va a poder subir los tipos de interés como vacuna para controlar los precios. Al contrario, "existe, margen para bajar" el precio oficial del dinero. Por ello, los expertos creen que el Gobierno debe ser "más ambicioso" en la reducción del déficit respecto de lo previsto en el Programa de Convergencia (3% del PIB en 1997 y 2,5% en 1998).[Por el contrario, el director de la Oficina Presupuestaria del Gobierno, José Barea, aseguró ayer en Segovia que los Presupuestos de 1998 serán menos restrictivos que este año, contemplando una actualización de las pensiones con arreglo al IPC y de los sueldos de los funcionarios en torno al 2%, informa Aurelio Martín].

La austeridad debería aplicarse a los gastos y no a los ingresos, según los sabios. Apuntaron la necesidad de sanear el núcleo duro del déficit público, "reconsiderando el papel y la financiación de la Seguridad Social, de las trasferencias a las empresas públicas y aplicando el rigor necesario a las cuentas de los entes territoriales".

En cuanto a los salarios, "no pensamos que los sindicatos estén haciendo unas demandas excesivas". Sin embargo es necesario, en su opinión, profundizar en la reforma laboral en dos direcciones: el coste del despido y la negociación colectiva. En cuanto al empleo, son también optimistas ya que creen que se crearán casi 700.000 puestos de trabajo entre este año y el próximo aunque alguno de ellos no considera factible que el paro registrado baje de los dos millones en 1997, como cree el Gobierno.