55 hígados contaminados
Tras detectarse la masiva intoxicación de enero de 1994, la Consejería de Salud. de la Comunidad de Madrid analizó 221 muestras de hígados recogidas en distintos mataderos y empresas distribuidoras de carne.Halló clenbuterol en 55 de ellas. Diecisiete de las muestras que arrojaron resultado positivo procedían del matadero denominado Gypisa, que las distribuyó a través de al menos dos empresas intermediarias. Bolaporc era una de ellas, explica la Audiencia en su fallo.
Aparte de esas 17, el resto de vísceras contaminadas por clenbuterol "fueron halladas en Bolaporc (nueve de ellas) y en otros mataderos: en el municipal de Madrid y en los de Villalba, Alcalá de Henares, Getafe y Valdetorres". La Audiencia destaca que "no está probado que fuera Gypisa el matadero de origen o el único matadero de origen próximo a los hígados contaminados".
Viene a decir la Audiencia que, en todo caso, son los ganaderos que inyectan el clenbuterol a los animales y los laboratorios que expenden ese anabolizante los auténticos culpables de la intoxicación. El juez Baltasar Garzón tramita otras diligencias en la Audiencia Nacional contra los ganaderos que vendieron la carne contaminada a los mataderos. El juicio contra estos ganaderos, residentes en distintas provincias españolas (Toledo, Segovia, Ávila y La Rioja), se celebrará cuando concluya la investigación ahora en marcha.
La sentencia absolutoria de la Audiencia, de la que ha sido ponente el magistrado Arturo Beltrán y que ocupa 24 folios, fundamenta la exculpación de los citados intermediarios en que durante el juicio no quedó probado que ambos, al despachar la carne a los mercados, supieran que estaba contaminada.
El tribunal lo razona así, entre otros argumentos: "En el presente caso se puede dar por hecho que los ganaderos conocían el tratamiento con clenbuterol de las reses (...), pero no puede afirmarse que lo supieran los encargados o gerentes de los mataderos. Ni siquiera se sabe qué mataderos pudieron sacrificar reses tratadas con clenbuterol, pues en muchos casos sólo se conoce a los mayoristas o minoristas que vendieron el hígado contaminado, pero no hay pruebas de que éstos lo supieran".
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