Un ex ministro de Menem le acusa de haber recibido dinero de Gaddafi
El máximo líder libio, Muammar el Gaddafi, respaldó la campaña electoral de Carlos Menem en 1989, año de su primera investidura presidencial, a cambio de la promesa de entrar en negociaciones para la exportación a Libia del frustrado misil argentino Cóndor, según denunció ayer el ex ministro de Economía argentino Domingo Cavallo en el curso de la presentación de su libro El peso del poder, que tuvo lugar en Buenos Aires.
En una de las acusaciones reunidas en el libro , Cavallo asegura que el polémico empresario postal Alfredo Yabrán, a quien califica como jefe de una mafia enquistada en el poder, aportó cuatro millones de dólares (alrededor de 584 millones de pesetas) al Partido Justicialista, peronista, para financiar la campaña electoral del plebiscito que Menem pretendió convocar en 1993 para forzar la reforma de la Constitución y permitir su reelección en los comicios de 1995. Esa consulta no se llevó a cabo porque el jefe de la socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR), Raúl Alfonsín, aceptó ese cambio.Cavallo cuenta que, siendo ministro de Asuntos Exteriores, entre 1989 y 1991, mantuvo una larga entrevista con el entonces secretario de Estado de EE UU, James Baker, quien leyó un memorándum de los servicios de espionaje de su país, según. los cuales Argentina construía un misil de mediano alcance financiado por Irak, uno de los destinos finales de su producción. "Me dio nombres de las empresas de origen alemán involucradas y me explicó que Argentina ayudaba a la proliferación de armas prohibidas por acuerdos internacionales". De regreso a Buenos Aires, el brigadier José Antonio Juliá, nuevo jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, informó a Menem, a Cavallo y al ministro de Defensa, Italo Luder, que el desarrollo del arma estaba en sus comienzos y únicamente había logrado concluirse "una cañita voladora".
Encuentro en Belgrado
Pocos días después, Menem y Cavallo viajaron a Belgrado con motivo de una cumbre del Movimiento de Países No Alineados, y de la comitiva formaba parte Albert Kohan, hoy secretario general de la Presidencia, presentado por el ex ministro como un hombre cuya misión era detectar qué tipo de negocio oculto podía emerger de las relaciones con Figuras políticas y gubernamentales del exterior. Kohan arregló una entrevista de Menem con Gaddafi en la Embajada libia de Belgrado. "El diálogo entre Gaddafi. y Menem transcurría aburrido, con claros síntomas de que ninguno de los se interesaba por las opiniones del otro, hasta que el jefe libio reaccionó molesto frente a la insistencia de Menem sobre la importancia de recibir apoyo de Estados Unidos", escribe Cavallo. Según el dirigente libio, a los norteamericanos sólo se les podía aventajar si se disponía de poderío militar. "Dejó en claro que había apoyado la campaña electoral de Menem como contrapartida a la promesa de entrar en negociaciones para la exportación del misil argentino Cóndor a Libia.Menem contestó con evasivas, y reprodujo la teoría de la "cañita voladora". De regreso al coche, preocupado, le dijo a Cavallo: "Parece que los muchachos le vendieron el Cóndor a Gaddafi por una contribución a la campaña electoral. ¡Qué irresponsables! Ahora estoy convencido de que tenemos que cancelar ese proyecto cuanto antes". Uno de los muchachos es identificado por Cavallo como Alberto Kohan, quien en fechas previas habría sostenido reuniones con emisarios libios. "Por mi parte, como canciller, estaba satisfecho por la conclusión a la que había llegado el presidente. Los que quedaron desilusionados fueron los muchachos. A los dos meses de gobierno ya se había desmoronado la conexión libia y una línea de negocios paralelos quedaba definitivamente cancelada".
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