El PSOE ofrece al Gobierno de Aznar un pacto de Estado sobre la financiación autonómica

La nueva dirección del PSOE quiere tomar la iniciativa y ha ofrecido su segundo pacto. En este caso, al Gobierno. El primero fue dirigido a Izquierda Unida (IU) por el propio Joaquín Almunia en la clausura del 34º Congreso. Ayer, Juan Manuel Eguiagaray, nuevo secretario de Economía del PSOE, reclamó al Gobierno desde la tribuna del Congreso un pacto de Estado sobre financiación autonómica, al hilo del debate sobre la ley de cesión del 30% del IRPF. Y lo hizo tras anunciar el cambio del voto, del rechazo a la abstención, en su votación definitiva. "El Gobierno ha roto pactos históricos. Vuelve a ser necesario un pacto de Estado", dijo Eguiagaray.El diputado socialista se dirigió desde la tribuna del Congreso al ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, presente en el banco azul, para anunciarle, como gesto propiciador de una negociación con el Gobierno, el cambio en la dirección del voto: del rechazo a la abstención en la votación de la ley de cesión de tributos a las comunidades autónomas de régimen financiero común, el famoso 30% del IRPF.

La abstención

Cuando llegó el momento de tomar posición definitiva sobre el voto en la cesión del IRPF a las autonomías, Eguiagaray manifestó: "Nuestra posición será la abstención. Pero no hemos cambiado de criterio. Por encima de nuestra oposición al modelo de financiación autonómica, lo importante es rehacer el consenso. Vuelve a ser necesario el pacto de Estado".Eguiagaray cumplió con ello un mandato del 34º Congreso del PSOE, cuyos delegados votaron mayoritariamente a favor de reabrir la negociación autonómica con el Gobierno. El cambio del signo del voto, del rechazo a la abstención, obedece también a la presión de Narcís Serra que, en nombre del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), ha exigido coherencia a la Ejecutiva Federal del PSOE con la actitud abstencionista mantenida en la votación de la modificación del Concierto y Cupo vascos, el pasado martes. El PSC necesita cubrirse ante las críticas de CiU.

Serra, en la explicación que ayer ofreció sobre el cambio en la dirección del voto, añadió un nuevo ingrediente: no obstaculizar el desarrollo de la ley de cesión de tributos en las comunidades autónomas. Pero insistió, a cambio del gesto, como hizo Eguiagaray, en la necesidad de que el Gobierno renegocie el modelo de financiación. Tanto Felipe González como Joaquín Almunia ya han anunciado que de no haber negociación cambiarán ambas leyes cuando los socialistas vuelvan a gobernar.

El 34º congreso socialista, además de nombrar una nueva dirección del partido, aprobó una enmienda transaccional que instaba al equipo dirigente de Almunia a renegociar la financiación autonómica con el Gobierno y establecer unos límites a las reclamaciones de los nacionalistas como consecuencia de su apoyo parlamentario al Gobierno. La resolución aprobada fue el fruto de un pacto entre las federaciones socialistas más enfrentadas en materia territorial: la catalana, impulsora en 1993 de la cesión del 15% del IRPF, y la extrerneña, reacia a dicha reforma.

Este acuerdo, asumido mayoritariamente por el 34º congreso socialista, ha sido contemplado con preocupación por los nacionalistas. El portavoz de Convergencia i Unió (CiU), Joaquim Molins, ha calificado esta enmienda aprobada por el congreso socialista como una "LOAPA encubierta".

'Núcleo duro'

Los nacionalistas perciben un cambio de estrategia en la nueva dirección socialista que conlleva el alejamiento de la línea contemporizadora que el PSOE mantuvo con ellos desde los pactos de 1993 entre Felipe González y Jordi Pujol. No se les escapa tampoco el talante jacobino del núcleo duro de la nueva dirección: los vascos Almunia y Eguiagaray; el catalán Borrell y los madrileños Alfredo Pérez Rubalcaba y Joaquín Leguina. Tanto Almunia como Borrell han manifestado varias veces que ellos nunca hubieran concertado con los nacionalistas no sólo un modelo de financiación como el que aprobó ayer el Congreso, sino tampoco una ley como la de puertos, pactada por el PP con CiU, que cede a las comunidades autónomas la gestión de los puertos, incluidos los de interés general.El lenguaje que ayer esgrimió Eguiagaray desde la tribuna del Congreso fue una muestra del nuevo talante y de la nueva estrategia que se apunta. Por ejemplo, dijo, algo inédito desde las filas del PSOE en cuatro años: "La financiación autonómica ha dividido esta Cámara en derecha e izquierda". El cambio de los guiños dirigidos por los socialistas a los nacionalistas, ahora en dirección hacia la izquierda, no pasó desapercibido.

El ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, se limitó a tomar nota de la propuesta de Eguiagaray. No dijo nada porque no hubo turno de réplica. Tan sólo hizo una presentación de los proyectos de ley que se votaban, destacando la "efectiva implantación de la corresponsabilidad fiscal" de las comunidades autónomas.