Canto a la obesidad
Si yo comparo estas obesas señoritas a Carmen Flores no servirá de nada: nadie se acuerda. Carmen Flores, frescachona y bien plantada, cantaba cuplés, se detenía en medio y largaba una tira de críticas, chistes, lamentos por la mala época, algo verde -como se decía entonces: el color se ha olvidado en esa acepción, hasta el "verde subido"-, volvía a cantar... Era un género con personajes ilustres y escritores que preparaban los textos casi siempre en el anonimato. La guerra acabó con el género "sicalíptico" , y es lógico que después de ella -quiero decir, a partir del venerado nombre de la democracia- reapareciera. Estas obesas señoritas, Berta Ojea, Trinidad Iglesias, Karola Escarola, son buenas actrices y buenas cantantes, probablemente mejores que Carmen Flores (¿y por qué tengo yo que ofender ahora a aquella dama popular?), su texto tiene menos retruécanos porque se habla ya directamente, y su gracia política y sexual, su crítica de costumbres, su burla de sí mismas, justifica el nombre del espectáculo, Incorrectas. Políticamente incorrectas, físicamente incorrectas, por su obesidad y su defensa de ella; fuera de muchas éticas y muchas costumbres. No diría yo que son disolventes (también hubo, en ese género, una revistera española que se llamó Cuadros disolventes), porque actúan sobre convencidos: su espectáculo en el teatro Alfil, ante cuadrillas de jóvenes y otros rebeldes verbales, corrobora lo que se sabe.El programa deja sospechar que no sólo las letras de las canciones de El Reverendo (con paridas de otros artistas y otras leyendas: hasta de Montañas nevadas) son obra de Emilio Hernández, ilustre director que ahora lo es del Centro Dramático Andaluz y que ha montado este espectáculo con las señoritas que llenan el escenario.
Incorrectas
Letra: Emilio Hernández. Música: El Reverendo. Intérpretes: Trinidad Iglesias, Berta Ojea, Karola Escarola. Dirección: Emilio Hernández. Teatro Alfil.
En todo caso, son chistes con gracia, ironías con éxito; y todo bien dicho y oportuno. Supongo que se entiende bien que estoy hablando de un teatro menor, de una parte del ilustre género del cabaré: corre, ahora, por encima del teatro mayor.