España logra una buena posición ante la ampliación

ENVIADO ESPECIALEn la guerra de trincheras en que se convirtió la cumbre de Amsterdam frente a la futura ampliación de la Unión Europea, España consiguió alcanzar una posición defensiva favorable ante las batallas que se avecinan. El compromiso, arrancado a costa de paralizar en plena madrugada los trabajos del Consejo Europeo, de que el caso específico de España deberá ser contemplado antes de que se decida cualquier modificación de votos o número de comisarios ante la ampliación, dejó "razonablemente satisfecho" al presidente José María Aznar. Con gesto cansado, Aznar compareció ante la prensa española pasadas las cuatro de la madrugada para hacer balance de una cumbre que ha aparcado el principal objetivo que se había fijado: acordar las nuevas reglas del juego que permitan abrir la unión a nuevos miembros.

España abrió la caja de los truenos pasada la medianoche cuando circuló una compleja propuesta de la presidencia holandesa, aparentemente consensuada. En ella se aplazaba hasta una futura ampliación, de "más de dos y menos de seis paises", todo el reparto de comisarios y votos, pero se consagraba la cesión de uno de los dos comisarios que tienen los países grandes, entre ellos España, para dar cabida a los comisarios de los nuevos países.

La delegación española se negó a aceptar este texto y bloqueó los trabajos de- los 15 jefes de Estado y de Gobierno, y tras unas negociaciones bilaterales y multilateales "extramadamente laboriosas", en palabras de Aznar, se llegó a un acuerdo.

El presidente del Gobierno español afirmó en la conferencia de prensa final que el acuerdo garantiza que los países grandes de la UE -Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España- "deben recibir una compensación", en número de votos, "en el momento que se decida la reordenación de la Comisión, y que no habrá reordenación de la Comisión si no hay recompensación, bien por la vía de la ponderación de voto", que dé más peso a los Estados más poblados, "bien por las dobles mayorías". La doble mayoría hace referencia a una fórmula que exige no sólo un número de votos suficiente, primera mayoría, sino que esos votos representen a una mayoría cualificada, 60% por ejemplo, de la población de la UE.

A esta compleja negociación de votos y comisarios, sobre la que gira toda la lucha por el poder en la UE, España sumó una reclamación propia. Si debe perder un comisario,, como todos los países grandes que tienen dos, quiere que se le reconozca el mismo número de votos que a los países grandes. No le dijeron que sí, pero le prometieron, tras el cerrado veto de España a altas horas de la madrugada, que su caso será estudiado "antes" de que se tome cualquier decisión.

La delegación española arrancó otra concesión: que se prorrogue el compromiso que garantiza una minoría de bloqueo frente a las decisiones de la mayoría, más favorable al actual peso de España. Aznar afirmó que tras ese acuerdo' "quedan encaminados los principios básicos de salvaguarda de la representación española en el consejo de ministros europeos".