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Emilio Sánchez-Ortiz crea la biografía de su escritura

Exiliado en París desde 1970, adonde llegó desde Canarias escapando "de una censura que te devolvía los cuentos llenos de tinta roja", Emilio Sánchez-Ortiz (Madrid, 1933) ha desarrollado su carrera literaria al margen de modas y de circuitos. Poeta, dramaturgo, cuentista, periodista en Radio France Internacional, novelista primero realista, luego hermético, finalmente experimental y siempre raro, Sánchez-Ortiz publica ahora lo que definió ayer como "una autobiografía" de su escritura: Cuentos, historias y otros deseos insatisfechos (Alfaguara)."Escribir es un deseo insatisfecho, perturbador", dijo el autor al explicar su libro. "La realidad es sólo un sucedáneo de la imaginación, ni siquiera estoy convencido de que la realidad exista. A Telefónica, por ejemplo, todo el mundo la ve de una manera distinta. Plasmar en un papel esa realidad que es sólo apariencia es un simulacro, puro desdoblamiento del escritor. Por eso este libro, que recoge desde mis primeros escritos de juventud -autoplagiadas y corregidas- hasta cosas inéditas de ahora mismo, es una biografía de mi escritura, no de mí mismo. Aunque escribir es también una forma de distraerse, de engañar a la muerte, porque escribiendo se desvanece el ser y el tiempo".

En la presentación, Sánchez-Ortiz estuvo acompañado por el poeta y amigo del exilio José Miguel Ullán -éste le colocó en el programa de Radio France que hacían Severo Sarduy, Ramón Chao y Rafael Conte- y por una tríada de ese lobby canario literario que, según Sánchez-Ortiz, desmiente el tópico- del aplatanamiento: Juan Cruz, J. J. Armas Marcelo y Jorge Rodríguez Padrón.

Según dijo Cruz, este exiliado irremisible y desconocido ha construido una obra basada en "el riesgo y la modernidad, en la contradicción de querer estar y desaparecer al mismo tiempo". La prueba: su novela llegó a Alfaguara por correo, se sometió a un comité de lectura y fue recomendada. Sobre todo, por el asesor Jorge Rodríguez Padrón. La razón, explicó éste, fue que el libro "indaga en personajes y situaciones al margen con un lenguaje preciso y un tono cercano al sentido poético que propuso Julio Cortázar". Armas Marcelo destacó el regreso de Sánchez-Ortiz como "un acto de rescate de un escritor de verdad, verídico, de un personaje que si no fue perverso fue hereje, y hoy es necesario. Este experto en prostíbulos debe ocupar ya el espacio que su nombre merece y que nosotros necesitamos como reparación a todo el mercadeo de la Feria del Libro".

"Ya lo han oído", dijo finalmente el autor. "La gran suerte de mi vida han sido mis amigos. Al fin y al cabo, uno es de donde se forma culturalmente, y yo me formé en Canarias, con estos jóvenes, en el viejo caserón con goteras de La Laguna y en esos burdeles donde las putas acabaron casándose con nosotros".

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