El punto de partida

EL CAMINO hacia el euro ha vuelto a enderezarse, y a partir de ahora la construcción europea dedicará una mayor atención a la principal preocupación de casi todos los ciudadanos: el empleo. En un compromiso típicamente comunitario y tras una semana de tensiones, los jefes de Estado y de Gobierno salvaron ayer en Amsterdam la primera parte del Consejo Europeo. A satisfacción de Alemania, porque se ha aprobado el Pacto de Estabilidad como garantía de que después de la entrada en vigor del euro no se desmandarán las cuentas públicas de ningún Estado so pena de multa. Pero también a satisfacción del Gobierno socialista francés, puesto que éste ha introducido la semilla social en el proyecto monetario, algo que ya estaba en el preámbulo del Tratado de la Unión. Aunque ha tenido que aceptar la negativa alemana a financiar con el presupuesto comunitario los programas de creación de empleo.No estamos ante una política comunitaria activa contra el desempleo, sino ante una declaración adjunta al Pacto de Estabilidad por la que los Estados miembros se comprometen a una mayor coordinación y cooperación de sus políticas para fomentar la creación de puestos de trabajo. A ello se suma el compromiso de introducir un nuevo capítulo en el tratado que sustituirá al de Maastricht y que se viene preparando desde hace dos años y medio. Los elementos esenciales de la lucha contra el paro permanecen en manos nacionales, como querían los Gobiernos de Alemania, España y Reino Unido. El acuerdo de ayer no constituye una meta, sino un punto de partida hacia una lucha común contra el desempleo, que afecta a más de 18 millones de personas en la Unión Europea.

Tampoco caben milagros. Nadie dispone de recetas mágicas para crear empleo. Pero a partir de ahora se deberán escuchar las propuestas del Consejo de la UE y de otras Instituciones, y cada Estado deberá someterse anualmente a un escrutinio de sus socios comunitarios. A falta de partidas en el presupuesto de la Unión para estos fines, el Banco Europeo de Inversiones promoverá su participación en proyectos de pequeñas empresas que pretendan introducir innovaciones de alta tecnología.

El aldabonazo de Jospin ha obligado a reaccionar a unos líderes europeos situados mayoritariamente en el centro-izquierda, que han decidido celebrar en otoño una cumbre sobre el empleo. También se han conformado algunos elementos que con el tiempo podrían constituirse en una suerte de polo económico que actúe como contrapeso político del futuro Banco Central Europeo. Pero también en este campo los primeros pasos están dirigidos a una coordinación de políticas económicas antes que a una mayor integración.

Francia y Alemania han logrado recomponer los platos, rotos tras la victoria de Lionel Jospin sobre una plataforma electoral que revisaba la obsesión monetarista de los últimos tiempos. Falta ver qué propone Jospin el jueves en la Asamblea Francesa y si es compatible con el espíritu de avanzar decididamente hacia el euro para que éste arranque en la fecha prevista: dentro de 564 días.