Acuerdo de principio entre el Gobierno y el Bundesbank para revalorizar el oro en 1998
El ministro federal de Hacienda, el social-cristiano (CSU) Theo Waigel, y el presidente del Banco federal (Bundesbank), Hans Tietmeyer, parecían ayer por la tarde haber logrado una solución salomónica en el conflicto sobre la revalorización de las reservas en oro y divisas del banco emisor alemán. Las dos partes ceden: las reservas del Bundesbank se revalorizan, pero el Gobierno no podrá disponer de los beneficios este año, sino sólo a partir de 1998. Este compromiso refuerza la posición de Waigel, quien hoy hará una declaración ante el Parlamento Federal (Bundesbank) y debe superar una moción de censura, presentada por la oposición, socialdemócratas (SPD) y Los Verdes.
Tras una inesperada reunión de tres horas, en la sede del Ministerio de Hacienda en Bonn, Waigel y Tietmeyer aparecieron ante la prensa con una escueta declaración del ministro: "Hemos mantenido una buena entrevista y estamos en vías de acuerdo".A primera hora de la tarde se reunían los grupos parlamentarios, para preparar los tres días de sesiones plenarias del Bundestag, que empiezan hoy con una declaración de Waigel y una votación nominal sobre la petición de destitución por parte de la oposición. Por los pasillos del Bundestag circulaba ya la versión del acuerdo logrado entre Waigel y Tietmeyer, que puede poner fin a una grave crisis entre el Bundesbank y el Gobierno y fortalece la posición del ministro ante la votación de hoy, cuando en las propias filas democristianas empezaba a ponerse en tela de juicio su gestión. El Bundesbank no tiene nada que objetar a la actualización del valor de las reservas en oro y divisas, pero no aceptaba que los beneficios derivados de esa operación se destinasen a amortizar la deuda pública.
El Bundesbank había declarado que la decisión de Bonn de imponer la entrega de esos beneficios con una ley aprobada en el Bundestag era legal, pero ponía en peligro el futuro de la moneda única europea y atentaba contra los principios de independencia del banco central, establecidos en Maastricht y siempre respetados por la tradición alemana. Las dimensiones que había adquirido el enfrentamiento parecen haber asustado a los dos principales protagonistas, Waigel y Tietmeyer, que al final optaron por un compromiso que salva en parte la cara de ambos. En los mercados financieros el marco había empezado a caer respecto al dólar como consecuencia de las disputas entre Bonn y Francfort. A última hora parece haberse logrado un compromiso, que hoy Waigel intentará presentar como un triunfo propio al Bundestag.
Discrepancias en el Gobierno
Sin la disputa abierta con el Bundesbank, la oposición pierde una fuerte baza para el debate parlamentario de hoy, pero le queda el recurso a poner de manifiesto las diferencias en la coalición de gobierno sobre el presupuesto de 1998. Por segunda vez en 36 horas, concluyó sin resultados una reunión del canciller federal, el democristiano Helmut Kohl, y los partidos de la coalición de Gobierno, democristianos y liberales, para tapar los agujeros del presupuesto para 1998. A pesar de los avances logrados, queda pendiente el problema de si Alemania conseguirá este año las cifras macroeconómicas que le permitan pasar la prueba de selectividad fijada por el Tratado de Maastricht.Los democristianos están convencidos de que no hay escapatoria a una subida de impuestos. En concreto, se habla de un plan de Waigel para subir el impuesto sobre combustibles 0,10 marcos (8,40 pesetas) por litro. Los liberales se niegan a cualquier subida de impuestos, porque así lo han prometido a su electorado y acordado en el congreso del partido. Los correligionarios del ministro de Exteriores sostienen que los agujeros del presupuesto tienen que cerrarse con más ahorro y nuevas privatizaciones.
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