España se juega mañana el primer cargo ejecutivo de la Comisión Europea
, España se juega mañana el primer cargo ejecutivo de la Comisión Europea. Una propuesta urgente de la cúpula puede favorecer la candidatura del holandés Carlo Trojan frente a la del español Eneko Landaburu para ocupar el decisivo puesto de secretario general, la persona que controla el funcionamiento interno de la Comisión. De triunfar, los países del Sur quedarían desplazados. La urgencia carece de precedentes. El jefe de gabinete del presidente Jacques Santer comunicó el viernes a sus colegas que propondría resolver el relevo de secretario general en la reunión de la Comisión de mañana. El actual titular, David Williamson -británico y antiguo colaborador de Margaret Thatcher-, se jubila en julio. Hasta ahora hay dos candidatos en liza. El adjunto de Williamson, el holandés Carlo Trojan, un burócrata eficaz carente de experiencia de mando sobre una dirección general, y el español Eneko Landaburu, director general de Política Regional. Landaburu desempeña esa dirección general, una de las más importantes en Bruselas por sus recursos y personal, desde hace diez años. Aunque Socialista, cuenta con el apoyo entusiasta del actual Gobierno español. "Le apoyaremos hasta el final", ha declarado el secretaria de Estado para la UE, Ramón de Miguel. Pues bien, el plazo para la presentación de candidaturas acaba hoy. Sin darse siquiera un día de respiro, Santer y el comisario de personal, el finlandés Erkki Lükannen, pretenden que el colegio de comisarios tome la decisión mañana mismo. Se trata de algo insólito.
Todo indica que Santer ha apostado por Trojan -un hombre al tiempo duro y servicial-, y que pretende cerrar el asunto en la máxima discreción. "Pero habrá discusión", anticipan medios cercanos a los comisarios españoles, "y no sólo por parte de éstos". La apuesta es muy fuerte. Porque no se limita a una candidatura contra otra, sino que se pretende establecer un equipo nórdico en la secretaría general, ninguneando a los países mediterráneos. El nuevo secretario iría flanqueado por dos adjuntos: uno, alemán, y el otro, un británico.
El pretendido carácter técnico de la candidatura de Trojan viene desmentido por las presiones de la presidencia holandesa y por la deuda impagada que la presidencia contrajo con el Gobierno alemán, cuando éste la ayudó a desbaratar la moción de censura por el caso de las vacas locas.
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