Rato alega dificultad presupuestaria para negar a Pujol la financiación sanitaria

Tres días después del encuentro entre José María Aznar y Jordi Pujol, Gobierno y CiU mantienen encalladas sus posiciones y con dificultades aún más insuperables en los temas que les separan: financiación sanitaria, ley del fútbol y unificación de la lengua catalana. El vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, y el ministro de Sanidad, José Manuel Romay, alegarán mañana en su encuentro con los consejeros de Economía de la Generalitat, Maciá Alavedra, y de Sanidad, Eduard Rius, dificultades presupuestarias para financiar el déficit sanitario.

La precariedad de las relaciones entre el Gobierno y CiU volvió a ponerse ayer de manifiesto. Aznar ya advirtió a Pujol el pasado viernes en su entrevista en La Moncloa sobre el escaso margen de negociación de que disponía el Gobierno para financiar el déficit sanitario, la principal demanda del presidente de la Generalitat en estos momentos, ante el rigor previsto para los Presupuestos de 1998. No obstante, Pujol cifró esperanzas en el encuentro de mañana, al que concedió mucha importancia.Sin embargo, ayer, desde la cúpula del Gobierno se reconocían las dificultades presupuestarias así como la imposibilidad de aumentar los impuestos especiales para financiar el déficit. La Generalitat catalana reivindica 60.000 millones para 1997 y un nuevo sistema de distribución.

Un diputado de CiU reconoció ayer que el gasto sanitario de la Generalitat se valoró a la baja cuando se realizaron los traspasos, y que algunos presidentes de comunidades gobernadas por el PP -con la sanidad traspasada y con graves problemas deficitarios- animan a Pujol en su reivindicación. De hecho, existe un déficit oculto en la sanidad, cuyo reconocimiento supondría más de 200.000 millones de pesetas para el conjunto de España.

Ante este cúmulo de dificultades, el Gobierno admite la práctica imposibilidad de que del encuentro de mañana salga algún tipo de acuerdo. El propio Jordi Pujol reconoció ayer mismo, en contraste con su opinión del viernes, que de esta reunión había muy poco que esperar.

Las cosas también marchan mal en la ley del fútbol, aunque Pujol ya lo reconoció tras su encuentro del viernes con Aznar. Ayer se admitía desde el Gobierno que sólo existía un margen de maniobra para la Generalitat si se limitaba a defender los intereses de TV-3. En el caso de que vinculara sus intereses a los de la plataforma de la que forman parte Antena-3 y Canal +, el margen de maniobra se reducía a cero.

En cuanto a la proposición no de ley sobre la unificación de la lengua catalana, propuesta por CiU con el apoyo del PSOE, IU-IC, PNV y una mayoría del Grupo Mixto, que hoy se vota en la Comisión de Educación y Cultura del Congreso, ayer se confirmó que el PP no la apoyará. El malestar en CiU era ayer patente por este triple desacuerdo. La actitud del Gobierno se explica por la convicción de que Jordi Pujol no puede desvincularse de su apoyo al Ejecutivo ante la proximidad de los compromisos de Maastricht.