Salvar la palabra
Con la incorporación del legado familiar de Luis Cernuda, que se suma a otros fondos documentales tan valiosos como los de García Lorca o Emilio Prados, la Residencia de Estudiantes da un paso sustancial en su consolidación como el gran centro español de documentación y bibliografía de la generación del 27.La cambiante aventura humana de Luis Cernuda no le impidió preservar un respetable patrimonio bibliotecario y documental. Emociona pensar que entre los papeles salvados de todos los vientos de la ira, de todos los naufragios, se encuentra el manuscrito de su primer libro, Perfil del aire, aquellos diamantinos versos escritos en una de las calles más angostas de Sevilla -se llama precisamente del Aire-, donde hasta el aire, en efecto, tiene que pasar de perfil. Cernuda, que tanto temió por la suerte de su obra, se asombraría de ver con cuánto celo se cuidan ahora sus libros y sus papeles. El destino es así de irónico o de amargo.
Muerto de repente a los 61 años, apenas pudo el poeta vislumbrar algunas leves huellas de su gloria, que es hoy una de las más justamente sólidas de la poesía española contemporánea. Lo descubrieron lateralmente los líricos cordobeses de Cántico, fascinados por el Cernuda pagano; pero fueron los poetas del 50 quienes de verdad valoraron el tono coloquial del poeta maduro y su concepción dialéctica del poema, criatura siempre transitiva, llamada a modificar la imagen o la experiencia del mundo en el lector; de ellos pasó a las promociones ulteriores. Desde este punto de vista ningún discurso ha sido tan fecundo en los últimos años. Aun a despecho de los temores del autor sobre el fugaz destino de sus versos, hay algo de fatalmente impersonal en esta fortuna póstuma de la obra cernudiana, que se diría el sabio fruto de una apuesta decidida e hiperconsciente, como ya cantó el poema A un poeta futuro: "Yo no podré decirte cuánto llevo luchando / para que mi palabra no se muera / silenciosa conmigo, y vaya como un eco / a ti, como tormenta que ha pasado / y un son vago recuerda por el aire tranquilo".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.