Laura Restrepo escribe sobre ángeles con Bogotá al fondo
La periodista y escritora colombiana Laura Restrepo estaba en Roma cuando los ángeles se le aparecieron. Se refugió en una biblioteca de agustinos y empezó a tomar notas, a leer libros, a empaparse de ángeles y otras criaturas aladas y frágiles. Luego -insiste, a ver si alguien le cree- vino la moda, norteamericana de los ángeles, y perdió, por eso, su proyecto en una gaveta. Pero un día ese ángel se hizo mortal en una barriada de Bogotá, y así salió, acaso sin pretenderlo, Dulce compañía (Ediciones B).Para el escritor navarro Miguel Sánchez-Ostiz, se trata de "una novela inolvidable escrita con asombrosa sencillez, aunque, a la vez, sea arriesgada y ambiciosa, pues en una época como la actual, en la que de nuevo los ángeles andan en franco descrédito, Laura Restrepo se atreve con una historia verosímil de ángeles, y en un tiempo, repito, en el que cualquier palurdo se cree hijo del Siglo de las Luces".
La escritora colombiana, en un aparte, contaba a quien la quería oír que se había interesado por los ángeles en una época como la actual en la que, quién más quién menos, está huérfano de mitos y, por tanto, obsesionados por su búsqueda. Como escritora, Laura Restrepo no tiene nada que ver con el realismo mágico, más bien su literatura "parte de una situación mágica para desentrañar la realidad".
