Los rebeldes zaireños son acusados de matanzas por Médicos Sin Fronteras
Las fuerzas de Laurent Kabila fueron acusadas de matanzas sistemáticas y violaciones de los derechos humanos de la población de las zonas conquistadas en el este de Zaire y de los refugiados ruandeses por la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF). MSF envió una misión exploraria a la región de Kivu Sur para instalar centros de asistencia y repatriación de refugiados y pudo comprobar in situ cómo los militares de Kabila "intimidaban y amenazaban" a la población local para que les ayudase a sacar de los bosques a los refugiados para "matarlos".
También ayer un equipo de las Naciones Unidas que se dirigía a los campos de refugiados de Kasese y Biaro en esa zona suroriental de Zaire, ocupados al parecer por 55.000 y 30.000 refugiados ruandeses, respectivamente, manifestó su sorpresa al encontrarlos vacíos. El equipo teme que los refugiados puedan haber huido despavoridos ante las matanzas de los rebeldes zaireños. "No sabemos dónde están los refugiados", declaró un portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que denunció que las fuerzas de Kabila no permitieron al equipo avanzar más allá de Kasese.La mayoría de los refugiados en la zona son de la etnia hutu, mientras que los hombres de Kabila pertenecen mayoritariamente a la etnia minoritaria tutsi. Según el informe de MSF, "originariamente, los militares mataban a los varones, tanto adultos como jóvenes, pero recientemente cambiaron y matan también a mujeres y niños".
MSF denuncia que los rebeldes zaireños utilizan como cebo la supuesta llegada de organizaciones humanitarias internacionales para sacar de los bosques a los refugiados y matarlos en las carreteras. Obligan a los jefes de los pueblos a ayudar a la tropa en esta "limpieza de carreteras". Además, tras conquistar una zona, advierten a la población de que cualquiera que vuelva a "ayudar a un refugiado será torturado y muerto por los militares".
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, se hizo eco también de acusaciones de que los rebeldes tutsis han "matado de hambre" a numerosos refugiados hutus. Annan se declaró "fuertemente impactado y horrorizado" por la falta de humanidad de quienes controlan todo el Este de Zaire con respecto a quienes en su mayoría son víctimas inocentes.
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