La ONU constata el aumento de las desigualdades económicas

La globalización de la economía ha generado desarrollo, pero las desigualdades han aumentado dentro de los países y entre el Tercer y Primer Mundo, constatan la ONU y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como conclusión de la reunión del pasado marzo en Nueva York de la Comisión de la ONU para el Desarrollo Social, que debatía el seguimiento de la cumbre mundial de Copenhague en 1995. "El crecimiento económico no parece sostenible y no frena la emigración", dijo ayer en Madrid Isel Rivero, directora del Centro de Información de la ONU.

Héctor Maravall, director del Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (Imserso) y que fue vicepresidente en la reunión de Nueva York, alertó sobre el "la celeridad de envejecimiento del Tercer Mundo", un fenómeno decisivo y agravado por la precariedad de las pensiones en los países en desarrollo.

Según las conclusiones de Nueva York y presentadas ayer en Madrid, el mundo produce hoy más riqueza. Pero 1.314 millones de personas -un 29,4% de la poblaciónviven en la pobreza, la mayoría en Asia y África. El informe de la ONU recomienda políticas de acceso al crédito, reforma agraria, atención sanitaria, planificación familiar, nutrición, educación, apoyo a la familia y a los grupos vulnerables, y mayor uso de las ONG.

Según fuentes oficiales, hay más de 120 millones de personas desempleadas. "Los países en vías de desarrollo quieren que se vea como empleado a cualquiera, y son reticentes a hablar de subempleo y de desempleo: las cifras de paro que dan son increíblemente bajas", dice Manuel Simón, director de la OIT en Madrid.

La familia está estrechamente ligada a la política demográfica y a un fenómeno hasta ahora no tenido en cuenta: el rápido envejecimiento del Tercer Mundo. "La idea de que el envejecimiento es algo exclusivo del Primer Mundo ya no vale", dice Maravall. "Va a ser un factor clave. Los mayores de 60 años pueden ser productivos. Pero el sistema de pensiones sobrevive en la escasez en el Tercer Mundo, por la mínima presión fiscal".

El trabajo informal no aparece en los datos oficiales. Mientras, por ejemplo, las estadísticas oficiales indican que en todo el mundo aumentó de 1950 a 1995 la fuerza laboral de las mujeres, en África no se constata ese aumento, pese a que el trabajo informal es la actividad real de la mayoría delas africanas. "El sector informal", dice Rivero, "abarca en África subsahariana el 60% de la fuerza urbana laboral; en algunos países del Asia meridional oscila entre el 50% y el 75%; en Lationamérica, el 30%; y en Asia oriental y suroriental, del 20% al 20%".

Punto central en Nueva York fue el trabajo infantil. "No se puede abordar con demagogia", dice Manuel Simón. "La OIT aspira a abolir el trabajo infantil, pero por realismo habla de eliminación progresiva. Una familia tercermundista te dirá que el que su niño sea minero les beneficia. Lo que nosotros queremos es concienciar a la opinión y a empresarios y sindicatos".