Kilippe Starck: "Soy un pequeño creador de regalos de Navidad"

Como un César posmoderno, Philippe Starck (París, 1949) llegó, habló y subyugó. Por explicar, contó incluso la evolución de la humanidad desde las amebas al Homo sapiens pasando por los batracios. El mensaje final, sin embargo, era incuestionable: "La especie que está en vías de extinción es el amor". Starck aprovechó la presentación de la exposición Vanity Case, que ayer se inauguró en el Centro de Arte Santa Mónica de Barcelona dentro de la IV Primavera del Diseño, para reivindicar un mayor radicalismo en la defensa del humanismo. "La materialidad y la posesión están sustituyendo al amor", afirmó, y alertó contra el avance de Ias fuerzas oscuras", materializadas en el fascismo que amenaza el fin de siglo, a las que, asegura, hay que contener sin falta.

Según Starck, la idea del progreso era buena, pero ha fallado la forma de aplicarla. "Ahora estamos asfixiados y se ha demostrado que la sociedad materialista no puede continuar. Espero que la del tercer milenio no sea una sociedad mística, eso sería terrible, sino simplemente humana", afirma. Sin esconder su vanidad ni su egocentrismo -en el libro que sirve de catálogo a la exposición sus fotografías compiten en importancia con sus objetos-, Starck reconoció que se considera simplemente un aspirante a creador: "Es lo que intento ser, es mi pretensión, pero no creo que lo sea. Grandes creadores son gente como Einstein, yo soy un pequeño creador de regalitos de Navidad. No es mucho, pero es lo que hago".

Otras prioridades

El diseño, insistió, es algo sin demasiada importancia que él, por una enfermedad mental que le impulsa a dibujar, necesita hacer para no sentirse invisible en este mundo. Con todo, aseguró, las prioridades de la sociedad son otras y en su caso dice que trabaja en el diseño "de los no productos para los no consumidores del tercer milenio". Cosas como una compañía para popularizar los productos vegetarianos.

La exposición, abierta hasta el 5 de junio -después

será itinerante-, recoge 75 objetos o maquetas de diseños de Starck que se han situado en pequeñas maletas junto a un comentario crítico o explicativo del diseñador. Los comisarios de la exposición son Frederic Amat -que se declaró "enamorado" de Starck, al que comparó con Mozart-, Quim Larrea y Juli Capella, quien aseguró que ésta es la primera exposición sobre Starck que ha autorizado el diseñador.