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La UE abre la vía para la supresión, en sus flotas de las "redes de la muerte"

Xavier Vidal-Folch

Los ministros de Pesca de la Unión Europea (UE) no cerraron ayer ningún acuerdo, pero hicieron algo más importante. Abrieron la vía para abolir las redes de deriva, conocidas como "de la muerte", porque son de varios kilómetros de longitud, capturan a todo bicho viviente y esquilman las reservas. Y es que Alemania e Italia, hasta ahora contrarias a la abolición, cambiaron de bando.Los dos países apoyarán una medida que ha prometido elaborar la comisaria Emma Bonino, apoyada entusiásticamente por la ministra española, Loyola de Palacio. Alemania se mostró favorable a una próxima prohibición, una vez que España sugirió, para obtener su complicidad, que el caso del Báltico (donde la flota germana utiliza esos aparejos) podría constituir una excepción a la regla. Los escandinavos están en parecida posición.

El nuevo Gobierno italiano, tras largas disputas internacionales, especialmente con EE UU y con los ecologistas, decidió tomar la iniciativa. Ayer mismo aprobó una norma que prohíbe a su flota utilizar las "redes de la muerte".

De modo que en el bando calificado por algunos de pirata sólo quedan Francia, el Reino Unido e Irlanda. Lo interesante del nuevo mapa de posiciones es que, por sí solos, esos tres países no bastan para formar una minoría de bloqueo, aunque hasta ahora han conseguido que se incumpla lo acordado años atrás, la prohibición total desde este año.

Así, la vieja aspiración abolicionista de España se verá cumplida en cuanto Bonino presente una propuesta concreta, que incluirá seguramente algunos de los elementos para la introducción progresiva de la prohibición propuestos ayer por De Palacio. La ministra se mostró muy optimista, aunque no quiso "vender la piel del oso antes de cazarlo", según sus propias palabras.

La campaña abolicionista se ha venido basando en diversos argumentos. Las redes de deriva resultan incompatibles con la pesca tradicional, al impedir la utilización de anzuelos, y constituyen un riesgo para la navegación. Además, afectan a las especies migratorias e inducen Un gran número de muertes adicionales, sin provecho alguno, porque muchos peces quedan atrapados pero luego se liberan para morir aislados y no engrosan las capturas. Finalmente, perjudican a especies que no se pretenden pescar (capturas "incidentales") como delfines y ballenas.

Los quince debatieron ayer, sobre todo en reuniones bilaterales, el cuarto Programa de Orientación Pesquera (POP), que reduce en una media cercana al 20% el total de capturas para los próximos años. Aunque la Comisión considera probable alcanzar un acuerdo hoy, persisten muchas desavenencias. Entre otras, sobre la duración del programa, que debería ser de seis años.

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