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La música tecno de Chemical Brothers triunfa en el concierto de Londres

El número uno en el Reino Unido y España actuará en Benicassim

La mítica Academia del barrio londinense de Brixton fue, en la noche del pasado sábado, el escenario de la presentación del nuevo disco del dúo británico que forman Ed Simmons y Tom Rowlands, conocidos en el ámbito del tecno como Chemical Brothers. Unas 3.000 personas tomaron parte en el evento, que, como ya es habitual en este tipo de espectáculos, fue concebido como una larga fiesta en la que se alternaban pinchadiscos y músicos.

Los asistentes respondieron con entusiasmo, en ocasiones con verdadero delirio. El público español podrá tomar sus propias conclusiones en uno de los pocos conciertos que el dúo ofrecerá este año: el 8 de agosto, como cierre del Festival Internacional de Benicassim.Antes de la esperada aparición de los Hermanos Químicos -cuyo nuevo single Block rockin' beats encabeza actualmente las listas de ventas en el Reino Unido y España-, el público tuvo la ocasión de escuchar a uno de los pinchadiscos más célebres del mundo: Kool Herc. El neoyorquino, recién llegado del Bronx, fue presentado como "el padrino del hip hop" y "el padre del scratch", términos que aluden respectivamente a la cultura urbana nacida en los guetos norteamericanos en los años ochenta, y a la técnica, característica de los pinchadiscos, que consiste en mover manualmente un disco hacia adelante y hacia atrás provocando un reconocible efecto sonoro. La presencia del mito constató las inclinaciones de Simmons y Rowlands por los sonidos del hip hop de la "vieja escuela", devolvieron así el reconocimiento que otro pionero negro, Afrika Bambaataa, brindó en su día a los padres del tecnopop, los alemanes Kraftwerk.

Alrededor de la una de la madrugada, después de un esmerado repertorio de funk y rap a cargo de Herc, aparecieron las estrellas. Desde el momento en que pisaron el escenario, los Chemical Brothers dejaron bien claro que vienen dispuestos a dinamitar el concepto tradicional de los conciertos de rock.

Atrincherados en un cuadrilátero formado por máquinas -los mismos samplers, secuenciadores y cajas de ritmo que utilizan para la grabación de sus discos-, Tom Rowlands y Ed Simmons fueron dos cabecitas que se agitaban al ritmo apabullante, progresivo y abrasivo de sus canciones. Detrás de ellos se habían instalado tres pantallas sobre las que se proyectaron paisajes cromosómicos que, combinados con los fiases intermitentes de un estroboscopio, parecían ser el perfecto complemento visual para una música de inspiración psicodélica y alto contenido energético.

Para regocijo del público, el repertorio interpretado se centró en sus dos discos (Exit planet dust, de 1995, y Dig your own hole, editado el lunes pasado). Pese a las variaciones con que Chemical Brothers interpretan sus canciones en vivo -brillante Setting sun, cantada por Noel Gallagher, de Oasis-, el espectador percibe un sospechoso parecido con las grabaciones originales. Esto es lógico: los ritmos y sonidos son los mismos, están reproducidos por las mismas máquinas, de tal modo que las secuencias que uno puede escuchar en sus discos se llevan al directo sin perder la menor calidad.

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