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El mal del granito

La 'piel' del CGAC de Santiago de Compostela pasa en dos años del tostado al negro

El granito tostado de las fachadas y terrazas del Centro Gallego de Arte Contemporáneo CGAC), de Santiago de Compostela, inaugurado en 1993, adquiere la misma pátina que la catedral. A los dos años de su apertura comenzó un proceso de oscurecimiento por la acción de la lluvia y la humedad. La Dirección General de Patrimonio, de la Xunta de Galicia, ha realizado los primeros análisis sobre la "contaminación biológica de la propia piedra", debido a su gran porosidad, y sobre un paramento ensaya pruebas de limpieza y tratamientos especiales, que pueden tener un coste de 20 millones de pesetas, con una garantía de cinco o seis años.Arquitectos y constructores -no se ha conseguido la opinión de la Asociación Gallega de Graniteros y del Centro Tecnológico del Granito, en Porriño- coinciden en la misma preocupación por un tipo de granito utilizado, como revestimiento externo de tres o cinco centímetros de espesor, no en bloques como elemento resistente. Sobre ese tipo de placas han aparecido en varios lugares manchas negras que superan el normal proceso de oxidación, como ocurre también con paredes y pavimentos en el aeropuerto de Barajas o las nuevas estaciones ferroviarias de Madrid y Sevilla. El granito gallego se exporta a Europa, Estados Unidos y Japón.El arquitecto portugués Álvaro Siza proyectó para el CGAC "la presencia del granito que parece eterno", con unas formas geométricas revestidas de granito tostado o dorado, como el que utilizó Julio Cano Lasso en el auditorio de la ciudad. Las placas, de distinto grosor y superficie, se colocaron como un muro cortina, suspendidas, abiertas por las dos caras y las juntas a los agentes atmosféricos. El proceso de oxidación es calificado de "preocupante" por la directora del centro,- Gloria Moure. Los primeros análisis sobre el granito, de la comarca de Barbanza, indican su gran porosidad, que acelera el envejecimiento, sobre todo en las zonas horizontales -las terrazas están impracticables para el montaje de esculturas-, que en casi todas las fachadas resbala por las superficies y arrastra la suciedad.Álvaro Siza -ilocalizable en su estudio de Oporto- pretende la limpieza del edificio y que se vuelva a su color original. El arquitecto Iago Seara, colaborador en el proyecto y construcción, dice que en el proceso se da una oxidación acelerada y contaminación ambiental. "Hay que, dejar la pátina normal siempre que no sea un proceso degradador. La pátina en los edificios es importante y es señal de vida". Defiende la utilización de la piedra por parte de Siza "de una forma sincera", con la aplicación de una nueva tecnología, al tratarse de un revestimiento y no un muro de carga. Al desconocer los análisis químicos, es partidario de estudiar el diseño constructivo, tener cautelas e incluso formar una comisión interdisciplinar antes de tomar una decisión. El arquitecto Ramón Rosales, director técnico de Construcciones San José, empresa que construyó el CGAC, distingue entre el envejecimiento del museo, "con una tonalidad que protege la piedra como una respuesta de autoprotección", y las manchas que en los últimos cuatro años están apareciendo en otros edificios, sobre todo en el revestimiento de fachadas. Si en el primer caso es "un problema estético, que no afecta a la estabilidad de la piedra", se desconocen las causas del segundo, que no se detecta en espesores desde 15 centímetros. "Aunque es un fenómeno desconocido, creo que se debe a los aditivos de los morteros"."Santiago envejece oscureciendo", (dice el arquitecto Carlos Quintans, y señala que hay que tener en cuenta la forma de colocación de la piedra y su porosidad. Su colega César Portela es partidario del empleo en grandes bloques, como ha hecho en el faro de Punta Nariga, en el Museo Domus (colaboró con Isozaki) o en sillares para los muros de la actual estación de autobuses de Córdoba. "El granito hay que conocerlo muy bien. Resiste a compresión y es muy débil a tracción. El problema es constructivo, pero hoy la arquitectura se hace para los arquitectos y para las inauguraciones. Los edificios públicos han de tener una permanencia".

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