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REUNIÓN EN HELSINKI

Clinton confirma la ampliación de la OTAN en julio pese a la discrepancia formal de Yeltsin

Pilar Bonet

Rusia y Estados Unidos no consiguieron superar sus diferencias sobre la ampliación de la OTAN durante la cumbre que Borís Yeltsin y Bill Clinton concluyeron ayer en Helsinki. Moscú y la Alianza Atlántica firmarán, sin embargo, un documento de cooperación, que, a tenor de lo acordado ayer, no será un texto jurídicamente vinculante y ratificado por los Parlamentos de los Estados miembros de la OTAN, tal como quería Yeltsin, sino un "compromiso duradero al máximo nivel político" firmado por los jefes de Estado. En una conferencia de prensa conjunta, Clinton y Yeltsin reiteraron sus posturas sobre la OTAN. El primero dejó claro que la Alianza continuará extendiéndose y que los nuevos países miembros "no serán de segunda clase". El segundo reiteró que el proyecto de expansión le parece un "error".

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Buenas intenciones

Más allá dé las aseveraciones, hubo algunos compromisos y líder norteamericano salió al paso de las preocupaciones rusas sobre el desequilibrio estratégico que supone para Rusia ratificar el tratado de desarme START II, sin haber puesto en marcha el tratado START III, que prevé un nuevo equilibrio estratégico a un nivel más bajo y más al alcance del bolsillo de Moscú. El START II, que fue firmado en 1993, prevé techos de 3.000 a 3.500 cabezas nucleares por ambas partes.Las concesiones de EE UU consisten en prolongar el plazo para eliminar los misiles portadores de cabezas nucleares desde el año 2003, inicialmente previsto, hasta el 31 de diciembre del año 2007. Esta extensión hace más fácil la ratificación del tratado de armamento START II por el Parlamento ruso. Inmediatamente después de la ratificación, que Yeltsin se ha comprometido a impulsar en la Duma, donde la oposición tiene mayoría, se pondrá en marcha la negociación para el tratado START-III. Éste establecerá un techo de 2.000 a 2.500 cabezas para cada una de las partes. Entre el START II y el START III los recortes en los arsenales nucleares estratégicos serán de un 80% respecto a la época de guerra fría, según manifestó ayer Clinton.

En total, los líderes de Estados Unidos y Rusia firmaron cinco documentos. De ellos, los rusos dan especial importancia a la declaración sobre la seguridad en Europa que reafirma la intención de "construir una Europa estable, segura, integrada, no dividida y democrática" y prevé la construcción de un tejido de distintas estructuras de seguridad en el continente. Los presidentes se pronunciaron por el reforzamiento de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), como "único marco" de seguridad que da "igual participación" a todos los Estados. La relación entre la OTAN y Rusia debe prever consultas, coordinación y, "en la mayor medida posible donde sea apropiado", decisiones y actuaciones conjuntas en asuntos de seguridad de importancia común.

Armas convencionales

También se acelerarán las negociaciones para concluir a más tardar a principios del verano un acuerdo para adaptar el tratado de armas convencionales (CFE) a las nuevas realidades europeas. Pero Washington no se comprometió a respaldar de forma jurídicamente vinculante los deseos rusos de que no sean emplazadas armas nucleares en el territorio de los nuevos miembros de la Alianza. Clinton, sin embargo, afirmó que la OTAN está dispuesta a incluir una "referencia específica" a su política actual, según la cual no hay "ni intención, ni plan ni razón" para adoptar tales medidas.Además del acuerdo sobre seguridad en Europa, ambos líderes firmaron otro referente a los parámetros de futura reducción de armas nucleares, y diversos textos sobre el tratado de misiles antibalísticos (ABM), cooperación económica y armas químicas. Ambas partes se manifestaron a favor de mantener el tratado ABM, que data de 1972, pero reconocieron la necesidad de crear un sistema de defensa efectivo contra los misiles tácticos. Los trabajos, para encontrar la frontera que permita avanzar en este último punto y respetar las obligaciones del tratado ABM continuarán en el futuro.

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Ambos líderes se mostraron satisfechos de su reunión en Helsinki. Para Clinton, se cumplieron los tres objetivos propuestos: contribuir a crear una Europa no dividida, alejar al mundo de la amenaza nuclear y ayudar a que Rusia concluya su transición al mercado. Yeltsin calificó la cumbre de "difícil, abierta y fructífera".

El líder del Kremlin insistió en que el acuerdo entre Moscú y la OTAN permitirá minimizar las consecuencias negativas que para Rusia tiene la expansión. Según Yeltsin, los jefes de Estado de los 16 países de la OTAN firmarán el acuerdo antes de la cumbre de la Alianza Atlántica que se celebrará en Madrid el próximo mes de julio.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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