El PP rechaza la pretensión de Pujol de que se reconozca el esfuerzo fiscal de cada comunidad

El debate sobre el Estado de las autonomías, celebrado en el Senado, ha reflejado unas relaciones tensas entre el PP y sus socios de CiU y PNV. El PP, con su mayoría absoluta en la Cámara alta, rechazó ayer, en la última sesión, una moción de CiU para que se reconociera anualmente el esfuerzo fiscal de cada comunidad. El PNV ni siquiera participó en la presentación de mociones. De las 48, sólo fueron aprobadas 29. Esto es, las 23 del PP, 5 de sus socios de CiU y una de Coalición Canaria. El PSOE no consiguió que fuera aprobada ninguna de sus dos mociones.

El rechazo por el PP de la moción de CiU para reconocer el esfuerzo fiscal dé cada comunidad tiene una gran importancia cualitativa para los nacionalistas catalanes, según reconocieron sus portavoces en el Senado, porque Jordi Pujol, en su última intervención en la Cámara alta durante el debate sobre el Estado de las autonomías, la pidió de manera reiterada. Es más, el presidente de la Generalitat centró su segunda intervención en el debate, con la que se despidió, en la queja por el desconocimiento que había en España sobre la aportación financiera de Cataluña al conjunto del país, muy superior a lo que recibe de él.Las quejas de Pujol se basan en una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicada el pasado domingo en el diario EL PAÍS, por la que el 87% de los españoles piensa que Cataluña es la comunidad más favorecida por el Gobierno central, a mucha distancia de la siguiente, el País Vasco, que no llega al 60%. Pujol responsabilizó a los dos partidos nacionales, al PP y PSOE, de contribuir a esa imagen negativa de Cataluña. A ambos los acusó de utilizar desde la oposición -antes los populares y ahora los socialistas- los pactos de los nacionalistas catalanes con el Ejecutivo como arma política, arrojadiza.

Como compensación, CiU consiguió que el PP le aprobara cinco mociones destinadas a la potenciación de la lengua catalana. Todas ellas son demandas al Gobierno para que extreme su atención, en cuanto a las televisiones privadas, al Boletín Oficial del Estado o al propio Instituto Cervantes, para que se adapten al carácter plurilingüe de España y fomenten el uso del catalán. No obstante, CiU salió disgustada del debate no sólo por no conseguir la aprobación de una resolución que valoraba, sino por el formato del debate, en el que el presidente de la Generalitat tuvo la misma voz que una comunidad uniprovincial o las ciudades de Ceuta y Melilla.

Total ausencia del PNV

El PNV ni siquiera participó en la última jornada de la cumbre del Senado, en la de presentación y votación de mociones, pese a que sí lo había hecho en el anterior debate, celebrado hace dos años y medio, al que tampoco concurrió el lehendakari José Antonio Ardanza. En aquella ocasión, el entonces portavoz del PNV, Ricardo Sanz, propuso a votación una moción que: comprometía al Gobierno a desarrollar íntegramente el Estatuto de Gernika, que contó con el respaldo mayoritario de la Cámara. La ausencia absoluta de los peneuvistas en el Senado, en esta ocasión, es un reflejo de la gran tensión existente entre el PNV y el Gobierno.

Fue Eusko Alkartasuna (EA) el partido que ocupó el espacio parlamentario del PNV. Su portavoz, Inmaculada Boneta, vio cómo el Senado echaba para atrás todas sus mociones, entre ellas la petición de un banco vasco y otra que abogaba por el derecho de autodeterminación.

Los socialistas no consiguieron que se aprobara ninguna de sus mociones, centradas en la petición de un pacto nacional autonómico que comprenda el sistema de financiación de las comunidades, la reforma de los estatutos de las comunidades de vía lenta, la financiación del sistema sanitario y el impulso de los instrumentos de cohesión y solidaridad financiados por recursos estatales o comunitarios. Su portavoz, Juan José Laborda, lamentó, al cierre de la sesión, la ausencia de un mínimo consenso y el total desacuerdo con el Gobierno en materia de política autonómica.

Los socialistas apoyaron tres de las 23 mociones presentadas por el PP. Las referentes a la petición de que Murcia sea sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en materia de desertización; la culminación del embalse de Itoiz, al que se oponen los seguidores de Herri Batasuna (HB), y el emplazamiento de las Bardenas Reales como polígono de tiro. Laborda justificó este apoyo en base al consenso en cuestiones de Estado.

El bajo tono político de las resoluciones aprobadas ayer por el Senado fue consecuencia del escaso nivel del debate de los tres días precedentes. En el de hace dos años y medio, por el contrario, el Senado aprobó por unanimidad dos mociones muy importantes: la creación de una ponencia de reforma constitucional para hacer del Senado una Cámara territorial, y la participación de las comunidades en las instituciones europeas en aquellas materias que sean de su competencia.

Ausencia de consenso

El PP ha recordado ahora que ambas cuestiones ya están en marcha, lo que es cierto, pero no ha conseguido un mínimo acuerdo con el otro partido nacional para impulsar nuevos temas. Las mociones del PP aprobadas, de cariz más político, se refieren a la necesidad de impulsar la cooperación entre comunidades autónomas, a través de las conferencias sectoriales, la reforma de los estatutos regulados por el artículo 143 de la Constitución -los de vía lenta-, que están siendo concertados a escala territorial, como ha sucedido en Aragón, Canarias y Castilla-La Mancha, o el traspaso del Insalud, dentro de esta reforma.Otras resoluciones aprobadas se refieren a la potenciación del Comité de las Regiones, al reconocimiento por el Gobierno de las desventajas de Baleares por su carácter insular, o viejas cuestiones pendientes del anterior debate sobre el Estado de la autonomías como la aprobación de un Plan Hidrológico Nacional o el establecimiento por el Consejo de Política Fiscal y Financiera del nivel mínimo conjunto de los servicios generales para las comunidades autónomas.