El Congreso de EE UU condena a México por su política antidrogas
La Cámara de Representantes de EE UU, de mayoría republicana, le concedió ayer un suspenso a México en materia de lucha contra las drogas. Tras un vivo debate, el pleno de la Cámara aprobó, por 251 votos a favor y 175 en contra, un proyecto de ley que rechaza el certificado de buena conducta otorgado a México el pasado 28 de febrero por Bill Clinton. Para moderar los efectos de esta bofetada al presidente estadounidense y. al vecino del Sur, los parlamentarios también aprobaron una enmienda que "congela" durante 90 días su propio proyecto de ley. Durante ese plazo, Clinton deberá comprobar que México está haciendo esfuerzos para mejorar.El texto que fue aprobado condena sin ambages a México por considerar que, en contra de lo proclamado hace dos semanas por el Ejecutivo, este país no está cooperando con EE UU en la lucha contra el narcotráfico. En el hemiciclo se escucharon numerosas voces republicanas recordando que las tres cuartas partes de la cocaína consumida en EE UU transita por México. Otras afirmaron que el caso Gutiérrez Rebollo demuestra hasta que punto los barones de la droga han logrado infiltrarse en la cúpula del poder mexicano.
El aprobado a México concedido por Clinton también tuvo sus defensores. El demócrata californiano Tom Lantos afirmó que el proyecto de ley en discusión es un "insulto al presidente de EE UU y un insulto a México". "Aprobar esta enfermiza legislación hará que el Gobierno de México se sienta menos animado a cooperar con nosotros y hará que el pueblo de México se sienta ultrajado", dijo Lantos. Otros parlamentarios subrayaron los daños que la aprobación del proyecto de ley puede provocar a las relaciones políticas y económicas entre los países ribereños del Río Grande.
Tanto los partidarios como los detractores del texto adoptado estuvieron de acuerdo en que, en cualquier caso, Clinton debe ser autorizado a no aplicar, "por razones de seguridad nacional", las sanciones económicas que lleva aparejada la descertificación.
Mientras continuaban las intervenciones en el Capitolio, la Casa Blanca adelantó que, llegado el caso, el presidente ejercerá su derecho a vetar cualquier resolución parlamentaria que condene a México. Anticipando la derrota de su política en la Cámara de Representantes, Clinton, según su portavoz, Mike McCurry, concentró ayer sus esfuerzos en explicarla a prominentes miembros del Senado. En la Cámara Alta, que debe ahora tramitar el texto, existe un ambiente más favorable a comprender las razones por las que el presidente concedió el certificado a México: evitar el deterioro de las relaciones de EE UU con un importante aliado político y socio económico y no causar perjuicios a la economía mexicana.
México, a través de su ministro de Exteriores, José Ángel Gurría, declaró ayer que no aceptará las posibles condiciones del Congreso de EE UU. "El presidente Zedillo", declaró Gurría, "ha dicho que si todo este proceso termina con una ley que afecte a la soberanía y dignidad de México, nuestro Gobierno reaccionará en el momento oportuno con la energía que merece el caso".
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