Hussein: "Lo siento como si fueran mis hijas"
"Lo siento como si fueran mis hijas" afirmó ayer con gesto grave y compungido el rey Hussein, que condenó en Madrid el asesinato de siete jóvenes estudiantes israelíes abatidas a tiros por un soldado jordano en la frontera jordano-sraelí. "El atentado coloca a mi pueblo, a mí, a mis hijos y al Ejército jordano en una situación difícil", afirmó el rey, que suspendió su visita privada a Madrid y su posterior viaje a Estados Unidos para regresar a Jordania.
El monarca hachemí se encontraba en Madrid camino de Washington, donde pensaba exponer al presidente Bill Clinton sus quejas por la política de asentamientos isrelíes en Jerusalén oriental. Hussein no ocultó ayer, en una breve declaración en el palacio de El Pardo, su frustración y pesar por el atentado que calificó como "una tragedia para el pueblo de Jordania".El rey agregó que cuando hace unos días1e advirtieron de que podía haber brotes de violencia ante el difícil momento por el que atraviesan los acuerdos de paz, nunca pensó que se reflejarían en lo que ocurrió ayer. Con ese comentario, el rey Hussein parecía hacer referencia a la carta pública que envió el pasado miércoles al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la que advirtió que había muchas posibilidades de violencia si Israel mantenía la decisión de construir un barrio judío en las afueras de Jerusalén oriental.
El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, David Levy, responsabilizó indirectamente a las autoridades jordanas del atentado. Para Levy, "fue el resultado directo de aquello sobre lo que ha advertido Israel: la creación de un ambiente de incitación y de diversas declaraciones de violencia".
El rey Hussein fue despedido oficialmente en El Pardo por los reyes de España, quienes le acompañaron en el helicóptero que le trasladó al aeropuerto de Torrejón de Ardoz, desde donde emprendió vuelo de regreso a Ammán. "El proceso de paz atraviesa un momento difícil. Puedo asegurar que todo lo que he hecho y haré en lo que me quede de vida será para conseguir la paz para los descendientes de Abraham" añadió Hussein. "No permitiremos nunca que una minoría de extremistas nos impongan su programa".
El monarca hachemí, que suspendió un almuerzo previsto con el presidente del Gobierno, José María Aznar, expresó su intención de visitar a los heridos en el atentado en cuanto llegue a la región, y mostró su solidaridad con las familias de las víctimas. Nada más conocer el atentado Hussein telefoneó al presidente de Israel, Ezer Wiezman, para trasmitirle su pesar.
El ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, expresó, también, su más enérgica condena por un atentado que enrarece aún más - el delicado momento que atraviesa la aplicación de los acuerdos de paz entre árabes e isrelíes.
El presidente de la autoridad palestina, Yasir Arafat, telefoneó ayer a Netanyahu, para expresarle su pésame por el asesinato de las jóvenes israelíes, informó la agencia Reuter. Un portavoz del primer ministro israelí indicó que éste ha sido el primer contacto entre ambos dirigentes desde que Arafat condenó, en términos enérgicos, el nuevo plan de despliegue militar israelí en CisJordania. Antes de esa llamada, un ayudante de Arafat sugirió la posibilidad de una entrevista del líder palestino con Netanyahu para discutir sobre los asentamientos israelíes en Jerusalén oriental y sobre el despliegue militar en Cisjordania. Para Arafat el proceso de paz se encuentra en una situación muy grave. "Nadie sabe lo que puede pasar en los próximos días" indicó Arafat a una delegación francesa que visitó Gaza, informó la agencia France Presse.
El asesinato múltiple de ayer preocupa al liderazgo palestino y complica sus planes de transformar la conferencia internacional convocada intempestivamente por Arafat para mañana en Gaza en el evento más importante desde la conferencia de paz celebrada en Madrid en 1991, informa Juan Carlos Gumucio. La matanza y sus efectos políticos en la zona prometen eclipsar sus ansias de hallar auditorio internacional para condenar a Israel por la decisión de construir 6.500 viviendas para judíos en Jerusalén oriental, tal como hizo ayer la Asamblea General de la ONU.
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