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El PP aleccionó a sus presidentes autonómicos para descafeinar el debate en el Senado

Javier Casqueiro

El Gobierno de José María Aznar aleccionó con reuniones y argumentarios políticos, a través de los responsables del Ministerio de Administraciones Públicas, a los 10 presidentes de comunidades autónomas del PP y a los alcaldes de Ceuta y Melilla para que abordaran "en líneas lo más generales posibles" el debate de las autonomías en el Senado. El objetivo era neutralizar "toda posibilidad de contradicciones o divergencias", "polémicas" y "tomas de posición concretas y comprometidas". La uniformidad y el bajo tono general de los discursos cumplió ese descafeinado "perfil institucional".

El Gobierno las llama "Sugerencias". Uno de los argumentarios políticos transmitidos a los presidentes autonómicos del PP para confeccionar sus intervenciones en este debate marcó claramente el camino a seguir cuando se refirieran a la reforma del Senado: "Resulta muy importante conseguir que dichas intervenciones estén presididas por un denominador común que neutralice toda posibilidad de que se produzcan contradicciones o divergencias. Debe quedar claro que los presidentes de las comunidades autónomas del Partido Popular tienen una posición común o, al menos, similar y comparten ideas y criterios. De esta manera se potenciará más aún la imagen del PP como partido de Gobierno unido".Estas sugerencias han sido distribuidas en las últimas semanas durante reuniones en la sede central del PP con el secretario de Estado para las Administraciones Públicas, Jorge Fernández. Los propios presidentes fueron convocados en Génova 13 en la tarde del martes 4 de marzo por el ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, para desarrollar esta estrategia.

El presidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, negó a este periódico tanto la convocatoria de cualquier reunión como que se les hubiera entregado ningún esquema. Zaplana sí admitió que le habían reclamado el contenido de su discurso varios días antes del debate. No lo mandó. Otros presidentes sí.

Contradicciones del PSOE

Fuentes parlamentarias del PP ratificaron tanto las citas con Fernández y Rajoy en el PP como la distribución de varios Argumentarios. El primero fue un documento de unas 60 páginas con los antecedentes del debate, la posición a defender y una selección de declaraciones comprometidas y supuestamente contradictorias mantenidas en el pasado sobre temas autonómicos tanto por Felipe González como por los tres presidentes socialistas participantes, es decir José Bono, Manuel Chaves y Juan Carlos Rodríguez Ibarra.El patrón marcado por el Gobierno fue seguido fielmente por todos los presidentes, incluso por Manuel Fraga, el fundador.

El documento de sugerencias sobre la reforma del Senado recomendó como "de todo punto aconsejable" tratar ese asunto "en líneas lo más generales posibles, sin entrar nunca en excesivas precisiones o en tomas de posición demasiado concretas, y, por concretas, comprometidas". Fraga y el presidente madrileño, Alberto Ruiz Gallardón, suprimieron de sus discursos dos propuestas de reforma concretas que llevaban preparadas y que eran contradictorias. Dijeron que no las expusieron por falta de tiempo y para que se abordasen en la comisión correspondiente.

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El Argumentario pedía también evitar "cuestiones polémicas" y ofrecía un estilo a seguir: "El tratamiento y el tono de la intervención deben de tener un perfil institucional lo más acusado posible". Así sucedió.

El guión marcado para la ocasión pedía discursos que dejasen claro "el absoluto respeto del partido, de sus cuadros dirigentes y de sus autoridades".

Esta sugerencias revelaron también a los presidentes autonómicos del PP que la reforma del Senado, proyecto oficialmente capital para el Gobierno, no convenía en este debate, precisamente en la Cámara alta. La instrucción refleja que no debía ser "tema prioritario" porque "sería negativo". La conclusión es que esta cuestión "interesa relativamente" a la opinión pública.

Los autores de este ideario sostenían que lo más "espinoso" de discutir sobre esa reforma es el peligro de que "ciertas fuerzas políticas" lo aprovecharan para reivindicar el llamado "hecho diferencial". Solución: "Como quiera que esta cuestión es muy polémica, lo más aconsejable resultaría no hacer ninguna referencia a la misma". Muchos presidentes se saltaron ese mandato.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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