Pujol responsabiliza al PP y al PSOE de la mala imagen que Cataluña tiene en el resto del país

Jordi Pujol se despidió ayer del debate autonómico del Senado responsabilizando al PP y al PSOE de la imagen negativa que Cataluña tiene en el resto de España. El presidente catalán afirmó que la utilización "tendenciosa" de la *cuestión catalana con objetivos electorales es un "pecado" que han cometido por igual conservadores y socialistas. A unos y a otros les espetó desde la tribuna: "Este país sólo saldrá adelante si ustedes están a la altura". Y, tras una breve pausa cargada de intención, concedió con cortesía: "Y nosotros también, por supuesto". El presidente del Gobierno, José María Aznar, le escuchó pero no respondió a su queja sobre el funcionamiento del Estado de las autonomías y tampoco lo hizo a las demandas socialistas.

El líder nacionalista se lamentó de que Cataluña aparezca como una comunidad ventajista, insolidaria, mercantilista, e incluso chantajista, y constató que esa apariencia, además de "no responder a la realidad", dificulta seriamente la relación con el resto del Estado. Más allá de este reproche, que ya había esbozado en su discurso de anteayer en el Senado, Jordi Pujol reiteró la importancia de la contribución catalana a la transformación de España y, de forma especial, a la distribución territorial de la renta en el Estado.El máximo dirigente de Ciu vio ayer cómo el presidente del Gobierno, José María Aznar, trataba de ignorar las discrepancias que se habían puesto de manifiesto entre ambos aliados en la jornada anterior. Aznar pasó de puntillas sobre el rechazo de Pujol al diseño actual del Estado de las autonomías, así como sobre la reclamación de más poder, más soberanía y más diferenciación para Cataluña.

El, presidente del Gobierno se limitó a aplaudir los hechos diferenciales "enriquecedores, solidarios y no divisores", y a hacer hincapié en que su modelo autonómico es el que consagra la Constitución de 1978. Esta última declaración, sin embargo, no era más que un brindis al sol, ya que el propio Pujol había dejado claro la víspera que los nacionalistas catalanes no consideran necesario reformar la Constitución para alzar el techo del autogobierno de Cataluña.

Una reflexión tranquila

Pujol se declaró muy satisfecho por el debate y pidió de nuevo una reflexión pausada sobre su reclamación de un ordenamiento autonómico que respete el hecho nacional y diferencial de Cataluña. "Durante siglos, este respeto [entre Castilla y Cataluña] tomó la forma de una soberanía compartida y limitada, pero real, pero hoy no acabamos de hallar la fórmula ( ... ) y hasta que no la encontremos, la transformación de la estructura del Estado, a pesar del progreso positivo que ha supuesto el Estado de las autonomías, no será completa del todo", había dicho Pujol en su discurso del martes.

Horas después, ya fuera del estrado, Pujol dio a los senadores de CiU la consigna de que lo que había que destacar de su discurso era precisamente la marca de soberanía compartida, a la que él, sin embargo, se había referido de forma tan superficial ante la comisión general de autonomías del Senado. Pese a la consigna distribuida a sus senadores y también a sus colaboradores para que destacasen la marca soberanía compartida, ayer Pujol evitó toda referencia a esa idea en su segunda y última intervención en la Cámara alta.El presidente del Gobierno, José María Aznar, no entró a responder ni a la queja de insatisfacción de Jordi Pujol por el funcionamiento de Estado de las autonomías ni a la propuesta de modificación del nuevo modelo de financiación que reiteraron los tres presidentes de las comunidades gobernadas por el PSOE: Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía. Aznar se limitó a responder al presidente catalán que el encaje de Cataluña está en la Constitución, y a los presidentes socialistas les invitó a sumarse al sistema de financiación aprobado por la mayoría de las comunidades y ratificado por las Cortes Generales en diciembre.

Autocomplacencia de Aznar

La segunda jornada del debate sobre el Estado de las autonomías dejó las cosas como estaban. Fue un ejercicio de autocomplacencia de Aznar sobre el funcionamiento del nuevo sistema autonómico. El presidente del Gobierno no respondió a la pregunta concreta de los socialistas sobre cuánto cuesta este nuevo modelo de financiación ni tampoco aludió a los efectos nocivos, a juicio de Manuel Chaves,José Bono y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, de la aprobación de la capacidad normativa sobre el IRPF. "La mayoría de 12 comunidades autonomías es tan legítima como la que obtuvo el anterior modelo de financiación, del 15% del IRP", les respondió Aznar.

El jefe del Ejecutivo se limitó a invitar a los presidentes socialistas a participar en el modelo aprobado por las Cortes Generales en diciembre, que concede el 30% del IRPF con capacidad normativa a las comunidades autónomas.