Los islamistas de Turquía amenazan al Ejército con unos comicios anticipados

El pulso para la salvaguarda del Estado laico que libra el Ejército turco con los islamistas del primer ministro, Necmettin Erbakan, se agravó ayer tras la advertencia de una eventual convocatoria de elecciones anticipadas lanzada por un ministro. "La actitud de los militares cambiará tras el veredicto del pueblo", aseguró Abdulá Gül, dirigente del Partido del Bienestar. La ministra de Exteriores y socia de coalición de Erbakan, la conservadora Tansu Çiller, se apresuró a desmentir el adelanto de los comicios.

Los analistas políticos de Ankara consideran que la amenaza islamista difícilmente se llevará a la práctica, ya que el Partido del Bienestar sólo cuenta con 160 de los 550 escaños del Parlamento. La convocatoria de elecciones anticipadas tiene que ser aprobada por la mayoría de la Cámara. "En un momento en el que Turquía está conmocionada, el sistema democrático está siendo amenazado y aumentan las presiones, mi opinión es que hay que convocar elecciones", declaró Gül, ministro responsable de las relaciones con los países islámicos, al diario Milliyet.La líder del Partido de la Recta Vía y vicepresidenta del Gobierno descartó la celebración de elecciones anticipadas. "El Gobierno va a mantenerse", se limitó a decir ayer Çiller en la misma conferencia de prensa en la que acusó a la Unión Europea de intentar levantar "un nuevo muro de Berlín" al vetar la incorporación de Turquía por una supuesta falta de respeto a los derechos humanos.

El Consejo Nacional de Seguridad, integrado por los principales dirigentes políticos y los cinco comandantes en jefe del Ejército, dictó el pasado fin de semana al primer ministro una serie de medidas que el Gobierno debe adoptar para frenar el auge del integrismo islámico en Turquía. Las decisiones del Consejo -teóricamente, tan sólo un órgano consultivo- suelen ser seguidas al pie de la letra por el Ejecutivo, que las aprueba sin someterlas al Parlamento. Pero después de firmar, el miércoles, la adopción de la lista de medidas dictada por el Consejo de Seguridad Nacional Erbakan amagó con someter el texto a los diputados. Anoche renunció a esa posibilidad.

Los jefes militares impusieron al primer ministro islamista la estricta aplicación de las leyes que garantizan la condición laica del Estado, tal y como ordena la Constitución. Entre ellas, las normas que prohíben la vestimenta de corte islámico entre los funcionarios públicos, así como la transformación de las escuelas coránicas en centros de formación profesional.

Infiltración integrista

Pero los generales pretenden, ante todo, impedir que los integristas islámicos más radicales se infiltren en el aparato del Estado y, muy especialmente, en sus propias filas. Alrededor de 200 oficiales y suboficiales han sido expulsados del Ejército desde la llegada al poder de Erbakan por mostrar excesivas simpatías hacia los islamistas. Muchos de estos militares han sido contratados después por los ayuntamientos gobernados por el Partido del Bienestar.Los analistas políticos de la prensa turca, aseguraron que, el primer ministro intentaba aplazar la entrada en vigor de las medidas islamistas, al tiempo que pretendía enfrentar al Parlamento con el Ejército. El presidente de la Cámara, Mustafá Kalemli, se opuso el jueves a que se vote la propuesta del Consejo de Seguridad Nacional. Esta decisión junto al anunciado boicoteo de los par tidos de la oposición, obligó a Erbakan a renunciar en esta estrategia de la confrontación.

Mientras Erbakan sigue jugando con, fuego frente al Ejército, guardian de las esencias de la moderna Turquía fundada por Mustafá Kemal, Ataturk, los estudiantes de una escuela islámica de Erzuezum, (en el este de Anatolia) se manifestaban en apoyo del primer ministro. Hasta ahora, sólo las organizaciones sindicales y feministas se habían echado a las calles de las ciudades turcas para defender el laicismo en medio del silencio del Partido del Bienestar, al que los sondeos adjudican un 30% de los votos.