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"En Estados Unidos se está perdiendo el sentido del humor", afirma Tim Burton

El director de 'Ed Wood' y su novia, Lisa Marie, presentan la película '¡Marte ataca!'

Andrés Fernández Rubio

La novia de Tim Burton, Lisa Marie -una belleza que ha sido modelo de Calvin Klein y del fotógrafo Mapplethorpe-, ha interpretado a una vampira en Ed Wood y a una extraterrestre en ¡Marte, ataca!, la última película del director de cine, que hoy se estrena en España. Convertidos en una de las parejas menos convencionales del cine actual los dos presentaron ayer en Madrid la sátira inventada por el cineasta, en la que Estados Unidos es simbolizado con su bollo nacional: eI Donut. Burton declaró que en su país, donde la película no ha sido un gran éxito, "se está perdiendo el sentido del humor". En la sociedad norteamericana, aseguran, él y Lisa Marie se sienten a veces "como marcianos".

En ¡Marte ataca! los marcianos de Tim Burton, que actúan al grito de "No huyan, no vamos a hacerles daño" se lanzan contra un belicoso general (que es reducido de tamaño y pisoteado como una Cucaracha) acaban con la mujer-del presidente (aplastada por la lámpara de Nancy Reagan), y fulminan al propio presidente de EE UU, interpretado. por Jack Nicholson. Entre los que se salvan, tras la severa selección de Tim Burton y su guionista, Jonathan Gems, se encuentran algunos ancianos desprotegidos, la melancólica hija del presidente y, el cantante Tom Jones. "Muchos me miran como miran a los marcianos", declara Tim Burton, que no deja de sonreír durante su encuentre) con los periodistas. Vestido de negro con calcetines de rayas negras y blancas y unas gafas de extravagante diseño, Burton convierte, en un arte el no haberse peinado por la mañana. Por el contrario su novia Lisa Marie aparece luego perfectamente arreglada con un traje de rayas y zapatos de tacón altos. Formarían la pareja ideal para un concierto de The Cure o una secuela de La familla Adams, pero Burton aborreciería estas, etiquetas.

"Siempre he tenido algo de extraño", dice, "y no por elección propia sino por las ganas de etiquetar que tiene la gente, algo que ha sido una constante en mi vida. La gente se pasa el día estableciendo categorías: éste es listo o éste es tonto o tranquilo, o antisocial. De mí solían decir que era raro y así seguí hasta que me encontré con templando el panorama desde la barrera".

Esa rareza ni le va ni le viene a Lisa Marie, que se pregunta ¿qué es ser normal?", y define sus personajes de vampira y marciana como "enternecedores", Lisa Marie habla de su primer encuentro con Tim Burton en términos de enamorada, y en ese estado permanece feliz, a juzgar por como se refiere a su novio: "Para mí su punto de vista no es raro sino bello y sensible. De él emana un talento singular, me parece un personaje increíble, único, romántico, listo, dulce, profundo... Todo. Me siento conocí suerte del mundo a su lado. Cuando le conocí conecté con él de una forma instintiva que no puede expresarse con palabras".

Burton insiste en los término de caricatura,fantasía y realidad exagerada para definir ¡Marte ataca! Explica que su película ha sido entendida en Estados Unidos sólo por "un grupo pequeño" y se siente satisfecho de la complicidad percibida durante su presentación europea en el Festival de Berlín. "Aquí se ve la película con la intención que verdaderamente tiene", afirma. "En Estados Unidos, se me ha llegado a presentar como un turbio subversivo, cuando soy una persona positiva y la película lo es también, positiva y divertida en vez de oscura".

Un problema de ego

Burton considera, que hay un problema de ego en Estados Unidos que hace que su país esté perdiendo el sentido de la ironía. "Hace unos años la gente no se sentía tan atacada", dice, "y esa susceptibilidad contribuye a la pérdida de identidad de América, una identidad basada en la mezcla, en el aperturismo y en la capacidad de autoparodia".En ¡Marte ataca! los extraterrestres destruyen sin piedad a terrícolas egoístas y sin escrúpulos. "Estos no representan personajes reales sino instituciones y burocracias con las que siempre he tropezado y de las que, desconfío, también a ese tipo de personas que pretenden comprenderlo perfectamente todo", afirma Burton. "Sin embargo, los que se salvan son los más abiertos, marginados a los que esa sociedad ha etiquetado y abandonado en las categorías".

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