La lengua y las tiendas

La última y más dura de las crisis que ha sufrido CiU, durante el último año estalló a raíz del proyecto de la Generalitat de elaborar una nueva ley de uso de las lenguas oficiales en Cataluña: catalán y castellano.Unió se ha declarado corresponsable de los criterios del Gobierno catalán sobre la futura ley lingüística. Pero la asunción global de esos criterios no ha impedido a los democristianos expresar alguna discrepancia.

En Unió cunde la preocupación por el efecto que podría tener la eventual obligación de todas las empresas privadas de ventas o servicios de atender y corresponder a los ciudadanos en catalán y en castellano, a elección del usuario.

Los democristianos temen que una disposición de este tipo crearía malestar entre los comerciantes y en ocasiones provocaría que los ciudadanos se vieran en la indeseable disyuntiva de definirse como catalanes o castellanos.

Pero como demuestra el largo rosario de desencuentros entre Unió y Convergència, el motivo de la trifulca es lo de menos. La tensión constante en la coalición hace que la chispa más pequeña provoque un incendio.

La oposición siguió hurgando ayer en la herida de CiU. El PSC preguntará a Pujol en el Parlament sobre las Consecuencias de la crisis para el Gobierno catalán. El PP pidió ayer explicaciones en el mismo sentido. IC habló de la "decadencia" de Pujol, y ERC definió a CiU, como un "matrimonio de conveniencia".