España pretende que el 12% de la energía consumida en el 2010 sea de origen renovable

Basuras, viento, virutas, el sol, el agua, los girasoles, son fuentes de energía muy poco contaminantes que apenas se han desarrollado frente a la pujanza del carbón, el petróleo, y las centrales nucleares. Europa, sin embargo, se ha fijado que sean un 12% de la producción energética. España también. Desde 1991 hay un Plan de Ahorro y Eficiencia Energética (PAEE) que da ayudas para las regiones, llegan a 10.000 millones.

Las autonomías también desarrollan sus propios proyectos adicionales. La energía de este origen tiene además una prima adicional: el sistema eléctrico la compra a una tarifa superior a la de origen convencional.Desde el pasado 8 de febrero y hasta el próximo 25 de marzo, Industria, a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), tiene 10.000 millones paran proyectos de eficiencia energética, o utilización de energía renovables, desde instalación de centrales minihidráulicas hasta calefacciones de piscinas públicas o residencias de ancianos.

Este año la convocatoria es menos condescendiente con proyectos de uso aislado. Prioriza instalaciones que desarrollen una tecnología "imitable "ejemplificadora", como gustan decir Concha Cánovas del Castillo, directora del IDAE y Luis Carlos Mas, subdirector de Planificación Energética y Medio Ambiente del Ministerio de Industria. Así que los edificios que pretendan subvenciones de hasta el 40% deberán agrupar a un mínimo de 150 viviendas. "Es una exageración", critican los sindicatos UGT, CC OO y la asociación ecologista Aedenat.

El aprovechamiento energético de la biomasa ofrece la línea más sugerente. Hasta ahora se han promocionado las iniciativas de generación eléctrica desde residuos agrícolas forestales. Una segunda línea a desarrollar sería la fabricación de biodiesel a partir del aceite de girasol. Ya se hace en Europa con el aceite de colza. La utilización del girasol mezclado con un 70% de gasóleo normal permitiría un combustible menos contaminante y recuperar ciertas tierras de barbecho abandonadas por la política agraria comunitaria.

Buen horizonte

El desarrollo de estas energías tiene un horizonte despejado. Hay ayudas desde diversos frentes, aunque a veces tarde cinco años la tramitación, como ocurre con las minicentrales hidroeléctricas. En Duruelo (Soria), con 1.500 habitantes dedicados a explotaciones madereras y fabricación de muebles, están empeñados en montar una instalación para el aprovechamiento doble de los serrines: producir calor para secar la madera y energía eléctrica para la red. Hace tiempo que se ha creado una sociedad capitaneada por Mario de Miguel, que cuenta con el apoyo de un ingeniero de la capital que les brindó las idea. Dicen que les garantizan casi un 70% de los 400 millones que les costaría montar una fábrica nueva con todos los adelantos. Pero no pueden hacer nada. Ningún Ayuntamiento de la comarca les facilita los 30.000 metros cuadrados que precisan. A sus 70 años Mario mantiene el vigor necesario para sacar adelante su proyecto pero empieza a estar harto de que los alcaldes no provisionen los terrenos.En 1996 se triplicó la demanda (de 350 a 1.000) de subvenciones. Desde proyectos de cogeneración a parques eólicos, viviendas bioclimáticas, incineración de residuos... Para el secretario de Estado de la Energía y Recursos Minerales, Nemesio Fernández Cuesta, hay mucho por descubrir: En comparecencia ante el Congreso esta semana dijo que las posibilidades de minicentrales hidroeléctricas podrían duplicarse. Sólo el año pasado se montaron 25 nuevas, con una potencia de 40 megavatios.

De la energía eólica se ha dicho casi todo: pero hay zonas donde apenas se ha explotado, corno Cataluña, Navarra y el norte de Castilla y León. La tendencia es utilizar instalaciones muy potentes de hasta 1.000 kilovatios, pero en España apenas llega a los 600.

Donde hay horizontes prometedores es en la energía solar, ya sea térmica o fotovoltaica, cuyo escaso desarrollo tecnológico la sitúa en unos costes aún muy superiores a los del mercado. Salvo para agua caliente, Industria la ve poco rentable.

La cara opuesta son los residuos sólidos urbanos, sector oficialmente renovable, pero muy discutido por los ecologistas. España es la octava en Europa en aprovechamiento energético de esos materiales. Teniendo en cuenta que cada español produce al día un kilo de residuos, el país tiene un potencial. de incineración de 239 megavatios para el año 2000.