Ofensiva de Cuba contra la disidencia en el aniversario de la 'crisis de las avionetas'

El Gobierno cubano ha marcado de nuevo su territorio frente a la disidencia y Estados Unidos, justo cuando hoy se cumple un año del derribo de dos avionetas de Hermanos al Rescate por cazas de combate cubanos. Lo ha hecho con señales contundentes claras, para dejar bien sentado que no va a dar ningún margen de acción a sus enemigos.La primera marca en el árbol ha sido desatar una sutil peto firme ofensiva contra aquellos disidentes que reciben ayuda o amparo de la Sección de Intereses de EE UU en La Habana para realizar su oposición al régimen. Al mismo tiempo, Fidel Castro ha abierto la veda contra Bill Clinton, tras convencerse de que el presidente norteamericano no va a cambiar la política hacia Cuba.

Según fuentes diplomáticas, en los últimos 10 días, al menos ocho miembros de los grupos disidentes que tienen que ver con la autoproclamada prensa independiente han sido citados a declarar por la policía o han sufrido actos de repudio en sus domicilios durante los espontáneos actos de "reafirmación revolucionaria" que se realizan estos días en La Habana.Dichos actos son organizados por el partido comunista o los gobiernos locales para expresar el rechazo a la ley Helms-Burton y al reciente plan de Clinton para impulsar una transición a la democracia en Cuba, y cuando se producen en barrios donde viven disidentes conocidos, suelen acabar con insultos y gritos de "vendepatrias", "traidores" y "¡que se vayan!".

Hasta el momento, en este tipo de "actos de reafirmación" no ha habido violencia, y los manifestantes se han limitado a leer el artículo 8 de la llamada Ley de la Dignidad, que fue aprobada en diciembre por las autoridades como antídoto a la ley Helms-Burton. Ese artículo declara ilícito buscar o difundir información que pueda ser utilizada para aplicar la Helims-Burton, así como solicitar o recibir ayuda del Gobierno de Estados Unidos o colaborar con medios de prensa extranjeros con el objetivo de facilitar la ejecución de la Helms-Burton.

Según fuentes disidentes, el hostigamiento de las autoridades ha ido dirigido hasta ahora sobre todo contra los miembros de los cuatro grupos de prensa independiente que existen en la isla, en especial contra la organización Cubapres, que dirige Raúl Rivero.Todas estas organizaciones reciben apoyo abierto de la Sección de Intereses de EE UU, ya que este tipo de ayuda a los grupos de oposición que buscan hacerse un hueco en la "sociedad civil" está previsto en la ley Helms-Burton.

Citas y retenciones

Fuentes disidentes informaron que, coincidiendo con el aniversario del derribo de las avionetas, otros disidentes han sido citados y retenidos durante algunas horas por la policía, aunque ninguno, que se sepa, ha sido procesado."El objetivo podría ser asustar y mostrar de forma clara cuáles son los límites del juego", opina un diplomático europeo. Según él, no es casualidad que estos hechos ocurran cuando el país vive en medio de un proceso de asambleas y actos públicos de repudio a la ley Helmns y el plan de transición de Clinton y cuando las autoridades hacen encendidos llamamientos a la unidad frente al enemigo.

A todo esto hay que añadir que, después de cuatro años de relativa prudencia y declaraciones medidas, el Gobierno cubano ha abierto la veda contra Clinton. Tras el último discurso de Fidel Castro, en el que llamó "bobo" e "idiota" al presidente norteamericano, parece claro que La Habana se ha. cansado de esperar que Clinton suavice su política hacia la isla, y, según opinan observadores y diplomáticos, a partir de ahora los insultos y las tensiones aumentarán.

De momento, la conmemoración que hoy realizarán algunos grupos anticastristas del exilio a 22 millas de las costas cubanas para recordar el primer del aniversario del derribo de dos avionetas de Hermanos al Rescate, en el que murieron sus cuatro pilo tos, vuelve a crispar los ánimos. El Gobierno cubano ya ha advertido que no tolerará que ningún avión o barco de la flotilla anticastrista viole su soberanía, y EE UU ha comunicado a los organizadores que se abstengan de entrar en el espacio aéreo, o en las aguas jurisdiccionales cubanas para evitar incidentes como el ocurrido el 24 de febrero de 1996. Lo que pasó entonces fue utilizado por Clinton para firmar la ley Helms-Burton.