España se queda sola en Bruselas ante la reforma del mercado del aceite de oliva

La ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, se ha quedado prácticamente sola ante la UE en la defensa de las posiciones del sector olivarero español sobre la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del aceite de oliva. La actitud unitaria de países miembros como España, Grecia, Portugal, Italia y Francia el pasado otoño ha quedado superada por el intento de cada uno de salvaguardar sus propios intereses.

El último Consejo de Ministros de Agricultura puso de manifiesto que no va a ser factible ninguna minoría de bloqueo contra las pretensiones de la Comisión y el plan del. comisario Franz Fischler.Frente a la reforma del mercado del aceite de oliva, hay dos posiciones enfrentadas en el documento elaborado por la Comisión. De un lado, la defendida por España, que apoya el pago de las ayudas por producción real para evitar el fraude, una cuota de producción comunitaria y no por países, el mantenimiento de la ayuda al consumo y el sistema de compras en intervención.

La otra es la de Fischler, que, con el fin de simplificar el sistema y evitar el fraude, propugna una ayuda por árbol, la eliminación de la ayuda al consumo y la reducción al mínimo o la supresión de la intervención en el mercado. Desde España se considera que su efecto sería, más bien, la consolidación del fraude que afirma querer eliminar.

De Palacio, siguiendo las peticiones de todo el sector olivarero español, se ha manifestado contraria a Fischler. Las distintas visiones deben ser debatidas aún en grupos de trabajo comunitarios y en el Parlamento Europeo.

En apoyo a la demanda española de ayuda a la producción real solamente se ha manifestado claramente Portugal. Entre los países productores, las actitudes son muy confusas. Italia no se ha definido públicamente. Los productores apoyan la ayuda a la producción real, pero los industriales y el Gobierno quieren ayuda por árbol.

Francia tampoco se ha manifestado por ninguna de las opciones. Y Grecia apoyaría la ayuda a la producción real, pero con cuotas por Estados, lo cual sería grave para España, cuya producción evoluciona al alza, si la Comisión consolida el fraude de las producciones históricas de Italia, consideradas irreales.

En cuanto a los países del norte de la UE, sus objetivos a la hora de aprobar la reforma del mercado de oliva se limitan a que suponga el menor gasto posible para las arcas comunitarias, En ningún caso van a tener en cuenta las nuevas superficies de cultivo, se apliquen ayudas por árbol o por producción real.