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Carrera hacia lo ínfimo

El primer transistor, construido por William Shockley, John Bardeen y Walter H. Brattain en 1947. funcionaba como un tubo de vacío y amplificaba pequeñas corrientes eléctricas de forma asombrosamente sencilla, pero sin el calor, volumen y elevado consumo de energía de los tubos. Los tres físicos, de los laboratorios Bell, lograron el Premio Nobel en 1956, al tiempo que el invento se hacía cada vez más fiable e iniciaba la era de la electrónica miniaturizada. Uno de los adelantos permitió que una tensión de base relativamente pequeña animase un flujo intenso, de electrones sin fluctuaciones, lo que permitía a los transistores actuar como interruptores onl off o, en términos matemáticos, de 0 y 1. Este modo de funcionamiento digital dio origen a circuitos lógicos y unidades centrales de proceso cada vez más compactas y rápidas.

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Los 'chips' se acercan a los límites de la física

El otro avance llegó conforme los investigadores empezaron a fabricar muchos transistores en una única lasca (en inglés chip) de material semiconductor, generalmente silicio. En los años sesenta, las empresas competían por meter cada vez más transistores en dispositivos denominados circuitos integrados, cambiando rápidamente el rostro de la electrónica a medida que los minúsculos chips se iban volviendo cada vez más potentes.

En 1965, Gordon Moore, de Fairchild, que tres años después se unió con el doctor Noyce para fundar Intel, predijo que el número de transistores que los diseñadores conseguirían meter en un chip se duplicaría cada 18 meses aproximadamente.

Un cabello humano tiene un diámetro de unos 100.000 nanómetros, "o millonésima de milímetro. En 1970, las partes constitutivas de los transistores tenían una anchura de unos 12.000 nanómetros. En 1980, el tamaño se había reducido a 3.500 nanometros. En 1990 era de 800 nanometros, y actualmente se acerca a los 300 nanómetros.

Con esta disminución, los chips pasaron de tener cientos de transistores a tener millones. Y en el horizonte está la cifra de los mil millones, un objetivo que se consiera alcanzable a principios del próximo siglo.

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