Erótica del cuerpo, erótica del paisaje
Anthony Minghella, director de El paciente inglés, nominada para 12 oscar y con una gran acogida ayer en Berlín, expresó su agradecimiento a los que asumieron los riesgos y confiaron en el proyecto, aunque apuntó "que no es una victoria sobre los malos de Hollywood". Minghella, también guionista de la película, definió El paciente inglés como "una historia de amor con dolor y placer". "He intentado establecer una relación entre el erotismo de un cuerpo y el de un paisaje", dijo.El director compareció ayer ante la prensa en Berlín secundado por las dos actrices, Juliette Binoche y Kristin Scott Thomas, el productor Saul Zaentz y el actor Willem. Dafoe, que interpreta un papel fundamental, pero con pocas apariciones ante la cámara. El interés de la prensa en Berlín se orientó en gran parte hacia las dificultades de producción de esa película al margen de los grandes estudios. El productor, hombre parco en palabras, no quiso decir lo que costó la película, sólo que el presupuesto se había quedado corto en un 9% y que tuvieron que aplazar por dificultades el inicio del rodaje, pero "no aceptamos compromisos frente a los que aportaron el dinero. La copia final resultó más larga de lo previsto, pero tuvo que ser aceptada así, sin mayores problemas".
Minghella explicó que había leído la novela hace cuatro años y después preparó un guión para un buen equipo de actores, "se trataba de reflejar el amor, la catástrofe y la violencia. Estaba lleno de desafíos para nosotros. Muchos nos decían que no era adecuado para el cine y no encontrábamos estudios. Al final se consiguió sacar adelante el proyecto y ahora tenemos que demostrar que esa película encontrará buena acogida en el público". El rodaje representó un enorme trabajo, con problemas cada día y los cambios entre el desierto, la guerra, Italia o las escenas de amor. Destaca de nuevo Minghella los sacrificios de todos, "sobre todo, cuando la financiación no estaba asegurada".
Binoche, que hace el papel de enfermera, dice que el momento más emocionante de la película fue cuando inyecta al paciente la dosis mortal de morfina, "sentí una liberación por la emoción, me sentí emocionada por dentro. Ahora, al ver la película, no siento lo mismo, aunque creo que la escena está muy lograda". Scott Thomas cuenta que leyó la novela y desde entonces quedó enamorada del personaje de la esposa, adúltera y, al enterarse de que el proyecto estaba en marcha, se puso en contacto con el director. Minghella no la creyó capacitada para el papel pero ella insistió y en una segunda cita, "leímos todas las escenas y todo fue muy bien para mí.No nos entendimos del todo, pero al final nos pusimos de acuerdo".
Babelia
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