Marc Jacobs, un "novato" que intenta revolucionar el imperio Vuitton
El diseñador destaca la importancia de Ias referencias clásicas
La moda europea está experimentando un cambio generacional vertiginoso con la. consagración de jovencisimos diseñadores anglosajones que preparan un panorama estimulante para el próximo siglo. Tras el atrerrizaje de Tom Ford en Gucci, John Galliano en Dior y Alexander McQueen en Givenchy, el último en llegar es Marc Jacobs. Un neoyorquino de 33 años va a renovar la imagen de Louis Vuitton, el mayor imperio mundial del lujo, que ya ha comenzado una fuerte expansión en España. El nuevo director artístico del grupo francobritánico opina que no es posible conseguir algo moderno "sin referencias clásicas".
Marc Jacobs nació en 1963 en Nueva York. En 1984 se graduó en la Parsons School of Design. De 1986 a 1988 dirigió su propio negocio, cuyo estilo mostraba referencias a prendas y tejidos tradicionales americanos aplicando un gran sentido del humor. En 1988, a los 25 años, Jacobs se convirtió en responsable del departamento creativo de la marca americana Perry Ellis, cargo que ocupó hasta 1993. En este periodo contrató como asistente a Tom Ford, a quien había conocido en la Parsons School. Su firma propia cuenta con varias marcas: prêt-à-porter de hombre y mujer, pieles, joyas, pañuelos, zapatos y patrones de moda.Bernard Arnault, presidente de Louis Vuitton-Moët Hennessy (LVMH), ha contratado a Jacobs hace dos semanas como director artístico de Louis Vuitton. El fichaje de Jacobs se incluye en el marco de una política de transformación del grupo franco -británico LVMH, que Arnault dirige desde 1993 y que, tras sucesivas operaciones comerciales, ha convertido en el primer grupo mundial de la industria del lujo. En el campo de la moda, controla los grandes almacenes Bon Marché, Christian Dior, Christian Lacroix, Givenchy, Céline, Kenzo, Guerlain, Roe, Loewe, Louis Vuitton y la cadena mundial de distribución Duty Free Shoppers.
Marc Jacobs viajó a Barcelona la semana pasada para anunciar los términos de su acuerdo y reforzar la imagen de la marca en España, donde la empresa manufactura parte de sus productos en una fábrica ubicada en Barberá del Vallés, Barcelona, con más de 400 empleados. "Bernard Arnault está comprometido al cien por cien con la creatividad. Sabe apreciar desde la modernidad de John Gailiano hasta el clasicismo de Christian Lacroix", dice Jacobs.
Arnault ha elegido a Marc Jacobs para renovar la legendaria marca por su investigación en la cultura del vestir y su visión moderna del estilo. "Estoy muy entusiasmado con esta oportunidad", dice. "Lo que más me atrae es la calidad de los productos Vuitton. Soy un poco hippy, me gustan las cosas hechas a mano, la artesanía, y respeto especialmente las habilidades desarrolladas a través de siglos para dar soluciones prácticas a necesidades reales".
Respetar la herencia
Su cometido en el grupo Louis Vuitton es respetar la herencia de la firma y al mismo tiempo ser fiel a sí mismo interpretando el lujo desde un punto de vista moderno, aplicable a nuevos productos como zapatos y prêt-à-porter de hombre y mujer. "No vamos a hacer colecciones de moda ni desfiles a la manera habitual, sino series de productos con vocación de clásicos", asegura Jacobs.Para celebrar el centenario de la tela Monogram, el año pasado, Louis Vuitton pidió a siete diseñadores internacionales su propia interpretación de la marca. De entre todas ellas Jacobs prefiere la de Helmut Lang. "Hizo una maleta para guardar discos de vinilo extraordinaria, muy moderna, que recreaba las maletas y baúles duros, típicos de Vuitton. Éste es el espíritu que me interesa desarrollar: combinar el saber hacer y la calidad, con ideas que den respuesta a necesidades contemporáneas".
Jacobs enfrenta su futuro en Vuitton como una metáfora del porvenir inmediato de la moda, marcado por elementos multiculturales. "Estamos asistiendo a un gran cambio y me parece que no se interpreta de forma correcta", destaca el diseñador neoyorquino. "En los ochenta todo era muy lineal, ahora andamos sobre un filo. No puedes conseguir algo moderno sin referencias clásicas. En el diseño de vanguardia la tendencia más acusada es el respeto hacia el pasado y cómo esta herencia se puede adecuar a los nuevos tiempos".
Babelia
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