Japón pide prudencia a Fujimori con el secuestro
ENVIADO ESPECIAL, Los despliegues policiales de amedrentamiento dispuestos por el Gobierno peruano para doblegar al Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), y negociar desde una posición de fuerza la crisis de los rehenes, son muy arriesgados y ya recibieron el primer aviso de Japón, que teme un desenlace cruento. "Me preocupa que los movimientos de las unidades especiales hayan irritado a los terroristas. Pedimos prudencia", declaró en Tokio el primer ministro nipón, Ryutaro Hashimoto.
Prudencia hubo poca durante las cuatro vueltas a la residencia del embajador japonés efectuadas, con ánimo provocador, por parte de casi un centenar de policías antiterroristas, con vehículos de asalto, y marchas militares. De haber sido respondido a los cuatro disparos de un emerretista contra un agente que le hizo burla desde lo alto de una tanqueta, en cuya chapa hicieron impacto los plomos, la crisis hubiera tomado un rumbo imprevisible. "¡Hemos venido para vencer!, ¡Vivan. nuestros mártires!", gritaba el comando del MRTA, desde las ventanas de la sede diplomática tomada el 17 de diciembre. Preocupante es, de todas formas, el curso de los acontecimientos, y desconcertante la estrategia del presidente Alberto Fujimori para liberar pacíficamente a los 72 rehenes, y resolver un problema de 43 días de duración y muy difícil salida.
Negociaciones
El MRTA exige abordar la excarcelación de sus presos, y el Gobierno se niega a ello. Aunque aparentemente nada se avanza, el ministro de Educación, Domingo Palermo, interlocutor de Fujimori, anunciaba en conferencia de prensa que todo está listo para comenzar las eventuales negociaciones, incluido el blindado que supuestamente ocupará el jefe del comando del MRTA, Néstor Cerpa Cartolini, en su traslado a la mesa de negociaciones. Pero los progresos más constatables de la crisis son desgraciadamente perturbadores: aumenta la tensión militar, sufren de los nervios rehenes y familias, y no es probable que los aparatosos simulacros policiales vayan a impresionar a Cerpa, habituado a estos trances."Se dio la orden de disparar porque ya era la cuarta vez que [la policía] pasaba con provocaciones de guerra psicológica", explicó un miembro del MRTA en una emisora de radio. Al son de himnos militares, Victoria, victoria o Tacna heróica, las unidades de élite peruanas desfilaron ante la fachada de la residencia, o detenían brevemente su marcha. En una parada, un policía hizo el gesto obsceno con el anular y se respondió a tiros.
Mientras tanto, la Comisión de Garantes encargada de supervisar una solución pacífica de la crisis parece haber quedado en el olvido. Antes de nada propone ahora el Gobierno, conviene formar un equipo que vigile la salud de los rehenes. Lo formarían un médico japonés, otro del Ministerio de Salud peruano y un tercero de la Cruz Roja Internacional, cuyo funcionamiento en esta delicada misión recibe fuego graneado desde los sectores más intransigentes del partido oficial y del Gobierno. No se puede ser neutral entre el bien y el mal (el MRTA), reprochan.
Steven Anderson, delegado de prensa del organismo humanitario, insiste en que la neutralidad ha sido práctica habitual en todas sus misiones. "Somos intermediarios neutrales, a menudo cruzamos tierra de nadie, y necesitamos garantías de seguridad para tener acceso a nuestras víctimas".
[Unos 200 internos, entre ellos algunos miembros del MRTA y de Sendero Luminoso, del centro de rehabilitación de menores de Maranga, en el distrito costero de San Miguel, se amotinaron ayer y tomaron los pabellones que ocupan, informa France Presse.]
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