El poeta Félix Grande convierte la decepción en una energía creadora
Vuelve a escribir tras cesar en 'Cuadernos Hispanoamericanos'
La poesía de un hombre acabado es el título del libro que Félix Grande escribe desde hace tres meses, tras ser destituido como director de la revista Cuadernos Hispanoamericanos, a la que estuvo vinculado durante más de 35 años. "Podría parecer un ajuste de cuentas, pero es un libro de celebración de mis maestros en la poesía, esos que me han enseñado a vivir y a morir", declara el poeta. Grande lamenta la "humillación" de su relevo en la dirección de la veterana revista, que convocó a su favor a más de cuatrocientos políticos e intelectuales, y dice: "Nunca he sentído tanta gratitud. Me iba en febrero, no hacía falta echarme. Lo único que ahora deseo es que la revista dure muchos años".
Un estado de ánimo que él califica de "ambivalente" ha embargado al poeta a lo largo de estas últimas semanas, tras su destitución de un trabajo en el que ha estado volcado durante décadas. Y añade: "Por un lado, no puedo, ni quiero, evitar la sensación de humillación y de afrenta que me han hecho vivir los señores que han decidido una destitución llevada a cabo de forma tan a la antigua"."Por otro lado", continúa Grande, "yo tengo una capacidad de recuperación psíquica y moral formidable y más en una etapa como la que por fuerza estoy viviendo en este momento, en la que ya me puedo plantear el futuro con una completa libertad, es decir, con todo mi tiempo para mí". Félix Grande dice que se marchaba de esta tarea, que el próximo mes de febrero, cuando cumplirá 160 años, se proponía dejar la revista después de 35 años vinculado a ella, 13 de ellos en la tarea de dirección. "Mi candidato para dirigirla iba a ser la persona que nombraron [Bias Matamoro], lo, he dicho públicamente, y les habría ayudado a redactar la nota de prensa encantado. No hacía falta una cosa así".
Félix Grande fue oficialmente destituido de su cargo el día 16 de octubre y recibió por medio de dos manifiestos el apoyo de más de cuatrocientos políticos e intelectuales, entre los que se encuentran Felipe González, Julio Anguita, Rafael Alberti, José Hierro, Fernando Savater, Antonio Muñoz Molina, Francisco Umbral, Antonio López, Juan Genovés, Luis de Pablo, Ernesto Sábato, Augusto Roa Bastos y Mario Benedetti. Y añade el poeta: "Hubo un momento en el que tuve que pedir que cesara el torrente de firmas, que ya desbordaba las páginas de los manifiestos en que eran recogidas. Sentí, como dijo una vez Miguel Hernández, una alegría de una sola vez; y pensé y sentí entonces que mi vida había tenido sentido".
Félix Grande se declara socialdemócrata desde la cuna, desde que su padre fue nombrado presidente del gremio de vinateros de la Casa del Pueblo de Tomelloso. "He apoyado siempre a los sucesivos Gobiernos de Felipe González y lo he hecho en todo momento de manera pública y decidida, pero jamás he utilizado mi cargo en Cuadernos Hispanoamericanos para hacer política".
Un libro de celebración
A los pocos días de su relevo en el trabajo de que fue expulsado por los nuevos dirigentes culturales, Grande comenzó la redacción de una obra de título sugerente: La poesía de un hombre acabado. "La decepción también es una maduración intelectual. Hay que aspirar a ser un hombre acabado. Podría parecer un ajuste de cuentas, pero es un libro de celebración de algunos de los maestros míos. Hay un hilo narrativo en el que un personaje que lleva mi nombre y dialoga con otro personaje: un mendigo que vi una vez en un subterráneo del metro interpretando a Bach a la guitarra y pidiendo limosna. Lo he metido en el libro y nos hemos hecho muy amigos".
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