Franco, 'voyou'
Durante unos años, de Manuel Machado, políticamente más que incorrecto, apenas podía hablarse, pues se creía que al leer algunos de sus poemas se corría el riesgo de inficionarse de fascismo o, peor, de acabar de postulante de la Adoración Nocturna. Pero eso terminó cambiando. Fue cuando alguien políticamente más correcto, como Gabriel Ferrater o Jaime Gil de Biedma, empezó a hablar de él, y a hacerlo bien. De no haber tenido la mala suerte ,de caer en Burgos durante la guerra, sino en Madrid, don de debió haberla pasado, junto a su hermana, la poesía de Manuel Machado habría conocido otra suerte. Eso está fuera de duda. No se le perdonó jamás aquel soneto ser vil e innecesario que terminaba con un verso casi cómico: "la sonrisa de Franco res plandece". Del vencedor podía decirse cualquier cosa, desde luego menos eso; nadie le pedía tanto. Pasaron unos anos, y él, que era un hombre de fondo bondadoso, escribió entonces un poema misterioso y terrible, que tituló Voyou, granuja, canalla o chulo, en francés. En el poema hay un verso inexplicable, como escrito en clave. Hace unos anos propuso uno una interpretación bastante audaz, pero no desmentida hasta hoy, por razonable. Manuel Machado se tomaba la venganza y hacía el terrible retrato del dictador, de quien había ensalzado su espada invicta. Hay alusiones demasiado explícitas a ella y a la sonrisa famosa. Donde pone "Blanco", léase Franco, y todo cuadra: "Ahí está... su mirada / no es una espada, pues / se oculta y, empalmada, / la ves y no la ves; / pero / de acero es. Brilla dura y cobarde, despiadada... No arde. / Ahí- está... Blanco... No / lo vio apenas el día. Su mano -garra- es fría. Lo peor de todo es que sonría... / Donde lo encuentres, átalo. / No habiendo tiempo, mátalo". Aunque Machado - no- hubiera escrito este poema, seguiría siendo el magnífico poeta que fue, pero la historia de su vida y de su obra han de empezarse 'a escribir empezando ya por otro sitio.
Babelia
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