Verborrea imparable
Este frente rapero madrileño se hace lenguas hablando sin parar de denuncias y reivindicaciones. Atractivo nombre el suyo y monótona propuesta la presentada en su concierto. Los habladores aportan verborrea interminable en un torrente de palabras que deja prácticamente en fuera de juego al espectador no iniciado.Debajo puede decirse que no hay ritmo alguno, porque la base sobre la que se sustenta es mínima y anodina, salvo en casos contados. Esos pocos ratos fueron aprovechados para que los reunidos, que llenaron el local, pudieran mover sus cuerpos a gusto.
Uno de los representandes airado frente hablador reclamó la presencia de algún DJ's entre el, público, ya que, según explicó, gracias a los que cabalgan sobre los discos avanza el hip-hop, enseñanza norteamericana a la que se aplica concienzudamente El Club de los Poetas Violentos.
El Club de los Poetas Violentos
El Sol. Jueves 16 de enero. 500 espectadores.
Pues algo de ese dinamismo de pinchadiscos contemporáneo debería aplicarse a este supuesto club literario para afrontar con mejores perspectivas sus directos.
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