Madrid 92 derrochó 400 millones en conciertos anulados y gastos indebidos
Los responsables de organizar los actos de la capitalidad europea de la cultura en 1992 despilfarraron cerca de 400 millones en conciertos que no se celebraron, en estudios que nunca se llevaron a cabo y en otras irregularidades contables, según se deduce del informe del Tribunal de Cuentas adelantado ayer por EL PAÍS. Por este motivo, los auditores públicos han decidido abrir hasta una decena de investigaciones separadas para determinar si existió alguna responsabilidad en el quebranto económico descubierto.El Consorcio para la Organización de Madrid 92 (COM 92) estaba integrado por el Ayuntamiento de Madrid, del PP, y la Comunidad y el Ministerio de Cultura, ambos del PSOE. Lo presidía el alcalde de la capital, José María Alvarez del Manzano, que ayer no quiso pronunciarse sobre las irregularidades destapadas por el tribunal.
Además de gastarse 120 millones de pesetas en el incremento de retribuciones y en gratificaciones "indebidas o mal justificadas el COM 92 abonó, por ejemplo, 11 millones a dos orquestas que no dieron ni una nota. Y perdió otros 110 millones por su mala gestión, al olvidarse de reclamar a Hacienda y a la Unión Europea dinero que le correspondía y al que tenía derecho.
El Tribunal de Cuentas también refiere en su informe que el COM 92 contrató a dos orquestas que nunca llegaron a tocar nada; no recibió los ingresos por taquilla de hasta cuatro representaciones de zarzuela, ni controló debidamente las recaudaciones del Auditorio Nacional. También apunta la irregular subida de sueldo, de un 45%, a una secretaria y el pago irregular del finiquito del director general del COM 92.
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El COM 92 pagó 20 millones por la organización de un concierto de rock que nunca se celebró
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El despilfarro de los organizadores del Madrid 92 incluyó un concierto de rock que nunca se celebró pero que costó 20 millones: "gastos de publicidad" que en el fondo eran entradas para un concierto de Michael Jackson o estudios sobre el arte de Madrid que nunca se escribieron. En el capítulo de ingresos, el descontrol fue semejante. Hubo recitales de zarzuela que se celebraron sin que conste ningún ingreso por taquilla, y conciertos en el Auditorio Nacional cuya recaudación nunca se pudo comprobar. Éstos son algunos de los ejemplos, según el Tribunal de Cuentas:
Michael Jackson. Entre los "gastos de publicidad" del COM 92 figura la adquisición de 250 localidades para un concierto de Michael Jackson que se celebró en septiembre de 1992. El cupo costó un millón de pesetas. Además, el pago es anterior a la fecha de la factura.
Las orquestas mudas. En 1991 se contrató a dos orquestas para un ciclo titulado Orquestas de cine, pero no interpretaron ni una nota. Por "razones técnicas" se suspendió el programa. La indemnización a las orquestas ascendió a 11.200.000 pesetas.
El contrato contratado. El pliego de condiciones para elegir a una agencia de viajes que se encargara de alojar y transportar a unos artistas de teatro contenía exactamente la oferta de determinada empresa. Es más, en el pliego de condiciones previo a la concesión ya figuraba el nombre de la empresa que al final resultó ser la adjudicataria.
El concierto que nunca sonó. El director general del COM 92, Pablo López de Osaba, firmó un contrato con Amnistía Internacional y Music Managers para montar un concierto con figuras de rock. El COM 92 pagó 20 millones de pesetas. Aunque el concierto nunca se celebró, no se recuperó el dinero. El Tribunal de Cuentas cree que este asunto "puede dar lugar a responsabilidad contable".
La limpieza millonaria. La empresa que se encargó de la limpieza de las instalaciones iba a cobrar, en principio, 1.366.400 pesetas. Acabó percibiendo 15.886.888 pesetas. El Tribunal de Cuentas cree que en este apartado puede existir también "irregularidad contable".
La seguridad costosa. A una empresa de seguridad se le adjudicó un contrato de 4.350.164 pesetas por año y medio. Cuando terminó este periodo se contrató, a dedo, a otra compañía que cobró 47.972.552 pesetas casi por el mismo tiempo y por el mismo concepto.
El arte y la moda del XX. El estudio titulado El arte y la moda del siglo XX -que costó 158.250 pesetas- se pagó a finales de 1990, pese a que la capitalidad cultural se celebró dos años después; además, no aparece por ningún lado.
El logotipo. Sin condiciones previas ni apertura de expediente, se acordó pagar 2,5 millones a cada uno de los cinco diseñadores, seleccionados a dedo, que presentaron propuestas para el logotipo del COM 92. Después se negociaron con el ganador las condiciones para que la propiedad intelectual pasara al consorcio. EI director general siguió las indicaciones de comprar los derechos del logotipo por menos de ocho millones. Finalmente, se pagaron 8.235.294 pesetas. El artista cobró luego otros cinco millones por otros diseños relacionados con el logotipo. Además, a este mismo artista se le adjudicó, sin concurso previo de ninguna clase, el diseño de 147 programas de mano para conciertos por 4.900.000 pesetas.
Taquillajes invisibles. El consorcio Madrid 92 recaudó 99.600.000 pesetas por conciertos y representaciones teatrales en las taquillas de los distintos locales. Cuando inició su actividad, el COM 92 acordó reservar un 20% de entradas para las distintas administraciones, que deberían pagar por ellas. El Tribunal de Cuentas asegura, que no consta en ningún documento que esas entradas fueran finalmente abonadas. En el Auditorio Nacional sólo consta la documentación sobre siete conciertos con unos ingresos. de 12,2 millones de pesetas; el COM 92 reconoce que en este escenario se recaudaron 50 millones. De la Temporada de zarzuela faltan los ingresos de cuatro representaciones. En otras cinco se ingresaron 16 millones de pesetas, pero el Teatro Madrid se quedó con 4,6 millones pese a que nadie lo autorizó.
Fiesta Barroca. De la representación de la obra El gran teatro del mundo, de Calderón de la Barca, en la plaza Mayor, la coordinadora de este acto adjuntó un resumen de ingresos que mermó al llegar al COM 92. Por esta fiesta barroca se recaudaron 3,1 millones menos de lo contabilizado en los documentos.
Revista 'La Capital'. La revista que promocionó la capitalidad europea de la cultura consiguió vender en un año 209.306 ejemplares. El COM 92 ingresó por este concepto 43.588.861 pesetas. El Tribunal de Cuentas apunta que la empresa distribuidora aún debe al COM 92 365.399 pesetas.
110 millones que volaron. La comisión liquidadora reconoció en sus cuentas que había 110 millones de pesetas de "dudoso cobro". Correspondían a una subvención a la Unión Europea que se solicitó tarde, pese a que les avisaron con antelación, y a un pago de IVA que les correspondía pero que se pidió fuera de plazo.
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