Un duelo de actores

.Siempre ha resultado de lo más atractivo ir a ver una película de la que no se sabe casi nada, en la que no se confía mucho, y a medida que avanza, poco a poco, descubrir que se trata de una historia interesante, narrada con sencillez y corrección, y que además encierra grandes trabajos interpretativos.

Esto es algo que ocurre con Un asunto de familia, una película sin grandes pretensiones, rodada con un presupuesto normal, pero que se sitúa entre las mejores estrenadas en los últimos meses.

Nacida gracias al interés del actor y coproductor Robert Duvall por narrar la situación que vive el típico pueblerino sesentón del sur de Estados Unidos cuando, al morir la que creía su madre, descubre que en realidad es hijo de una negra, Un asunto de familia es fruto de un sólido guión de los pocos conocidos, pero prometedores, Billy Bob Thornton y Tom Epperson, y de un buen trabajo de dirección del habitualmente no muy inspirado Richard Pearce.

Lejos del melodrama que puede encerrar una historia de estas características, lo que Un asunto de familia describe es el proceso que lleva a un pueblerino conservador, en buena medida racista, a descubrir que es medio negro, a convivir con su nueva familia y a llegar a apreciar sus virtudes.

Concebida como un enfrentamiento entre un blanco que no sabe que tiene un hermano negro y parte a conocerle y un negro que sí sabe que tiene un hermano blanco, pero lleva toda la vida tratando de olvidarlo, también es un virtuoso duelo entre dos estupendos actores. El blanco Robert Duvall, uno de los grandes actores de carácter del cine norteamericano, y el negro James Earl Jones, algo menos conocido pero que en esta ocasión hace uno de los mejores papeles de su carrera. Entre los que se sitúa la excelente y desconocida negra Irma P. Hall, que encarna a una vieja tía de ambos que arbitra su enfrentamiento.

Una vez planteada la historia, a la que sólo puede reprocharse que tarda algo en empezar y más en acabar, el gran atractivo de Un asunto de familia reside en estos tres personajes tan distintos, pero en el fondo tan iguales, bien construidos por los guionistas y magníficamente perfilados por el director, lo que permite a los actores hacer un excelente trabajo.