Valores colectivos
Fue dificil el remonte de una no ballet que partía de la ausencia de uno de sus principales reclamos: el joven madrileño de 21 años Ángel Corella, exdiscípulo de Víctor Ullate y hoy solista de éxito en el American Balle tTheatre. Pero la calidad, entrega y profesionalidad del resto de los artistas, hizo que hasta por momentos ni se notara la ausencia del muchacho, que en últimas, fue sustituido por todos a la vez, que pusieron el alma en agradar al público, conscientes acaso de que para algunos la cabeza estaba en otro sitio. Se impusieron los valores éticos, solidarios y colectivos de la profesión del ballet.El programa estaba bien planteado, con variedad y buen gusto y hasta con novedades coreográficas de interés, como los trabajos de van Cauwenbergh padre, llenos de humor y con una buenísima utilización del virtuosismo. La parte racial y más española la ofreció María Vivó, que apareció en escena espléndidamente vestida a la antigua y que en sus modos puede recordar discretamente a Carmen Amaya. Vivó baila muy bien, se entrega a los desplantes y a los zapateados para darles un sentido y hasta una dimensión espacial más terrenal.
Gala de Navidad
Artistas: Daniela Severian, Lars van Cauwenbergh, Daniel Sinken Gioia Masala (Teatro Nacional de Weisbaden); Ugo Ranieri y Giovanna Spalice (Teatro San Carlo de Nápoles); Yan Chen (American Ballet Tleatre); Toni Fabre; María Vivó. Centro Cultural de La Villa de Madrid. 22 de diciembre.
El público se rindió a los saltos y evoluciones de Sinken, a los giros de Severian, al magnetismo de Fabre y al elegante donaire de van Cauenbergh. El aplauso merecido, para no olvidar a estos serios noveles ya en menesteres de estrellas del mañana.
Babelia
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