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El retorno de Irak al mercado apenas incide en el precio del petróleo

El retorno del petróleo iraquí al mercado fue un tránsito sereno del aislamiento total, durante seis años, a una oferta restringida. Abrió el apetito de un sorprendente número de inversionistas internacionales, pero no provocó, más que oscilaciones sin aparente consecuencia duradera en los precios.Dos horas después de que el presidente iraquí, Sadam Husein, abriera las válvulas del oleoducto que une la refinería de Kirkuk con el puerto mediterráneo turco de Ceyhan, el mercado de Londres inauguró su sesión con ligero descenso en el precio del petróleo. El barril de crudo brent para entrega en enero bajó sólo 18 centavos con respecto al cierre del lunes y se situó en 23,84 dólares.

La moderada bajada refleja la convicción casi unánime de que el impacto de la reanudación de las exportaciones iraquíes, al menos en esta fase experimental, será escasa. Se espera que su efecto sea mayor cuando la llegada de la primavera reduzca la demanda de crudo.

Irak proyecta vender petróleo por un valor de 2.000 millones de dólares (260.000 millones de pesetas) durante seis meses para comprar exclusivamente alimentos y medicinas bajo un régimen de estricta supervisión internacional.

Para Irak, un país extraordinariamente rico en reservas y que exportaba tres millones de barriles diarios hasta la imposición de las sanciones en 1991, tras la invasión de Kuwait, los beneficios de su reingreso al mercado son relativos. Aunque Husein se jacta de "haber vencido heroicamente el embargo", Irak difícilmente puede esperar alivio instantáneo para sus necesidades más básicas y mucho menos una bonanza económica a corto plazo.

Aparte del valor puramente político, la puesta en marcha de la resolución 986 de la ONU pone técnicamente fin a la prohibición absoluta de hacer negocios con Bagdad. Prueba de que existe enorme interés internacional en las posibilidades que ofrece Irak a exploradores, explotadores y comercializadores de petróleo y gas natural la dió ayer la revelación, en Nueva York, de que existen por lo menos 120 compañías que pugnan por firmar contratos con los iraquíes.

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