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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La obra del año

Novela, película, teatro: Trainspotting es una palabra inventada: intraducible, en todo el mundo se da con ese nombre del original inglés (escrito y teatralizado a la manera de los cuentistas escoceses de pub). Alude a unos ciudadanos que se sientan a apuntar los números de los trenes que pasan: para nada. En esta obra de teatro, medio española, terrorífica, que se da aquí, es más cruel aún: están quietos en un campo muerto que fue enlace ferroviario, en Entrevías, donde los trenes no pasan ya. En todo caso, en esta obra puede ser lo menos importante. Digo que medio española porque Eduardo Fuentes, traductor y director (sobre la versión teatral de Harry Gibson), le ha dado todo el lenguaje de aquí, el de los cuatro tipos, multiplicados por sus representaciones, que están metidos en la droga, que luchan por salir por todos los medios, que mueren. Los nombres españoles, el argot, los barrios, las alusiones, la acerca hasta metemos dentro de su horror. Y de su humor. Para los ingleses, su estreno fue sobrecogedor (West End): les parecía que era la obra más dura que se había visto nunca. Alguno recordó La naranja mecánica: pero aquélla estaba escrita por un conservador, un humorista, un filólogo, un católico (Anthony Burguess); ésta está escrita desde el centro mismo del infierno que describe (y contra el cual está). Hay estudiantes en Glasgow -he leído- que se saben páginas de memoria. El fenómeno del contacto con el público juvenil sucede aquí de la misma manera. Estaba lleno el Alfil, en una noche de miércoles, de gente inverosímilmente joven -para mí-, que reían de los hallazgos del idioma traducido, del espíritu o el humor profundo y áspero del original, de la vida agónica de los personajes que conocen o han conocido. Y de la forma de los actores de repetir los gestos, los éxtasis, el humor negro, el dolor, la ansiedad. Comprendían, sin duda, los espectadores que la crítica a la sociedad británica traspuesta como de primera mano a la sociedad española es más importante que la reproducción, representación o angustia de los adictos. Traduzco (del francés, en Le Monde, 10-5-96) palabras de WeIsh: "El problema verdadero, desde mi punto de vista, es que demasiadas personas no utilizan las drogas de manera positiva, para apreciar aún más la vida, sino por reacciones negativas, para escapar de nuestra pesada realidad. El verdadero problema es que la sociedad británica no ofrece ninguna esperanza a sus ciudadanos, que, a veces, colocados en los pasos a nivel, apuntan incansablemente los números de los trenes que pasan, entregados así a ese extraño hobby que se llama aquí [Escocia] trainspotting". La idea de que las drogas pudieran utilizarse de una manera positiva no es admisible por todo el mundo.

Trainspotting

Novela de Irvine Welsh, teatralizada por Harry Gibson. Traducción deEduardo Fuentes. Intérpretes: Nancho Novo, Roberto Cairo, J. A. Palomeque, Alexandra Fierro. Vestuario y atrezzo: Miguel Brayda, Ana de Lima. Dirección: Eduardo Fuentes. T. Alfil. Madrid.

Guardia civil

¿Es igual la sociedad española? Probablemente sí, dentro de esta versión. Trataré de contar una es cena de la obra: uno de los adictos del barrio, achulado y bronco, ha elegido como huida hacerse guardía civil en Intxaurrondo; los eta rras le han matado. En escena está, el ataúd, cubierto por la bandera española; el personaje que le Hora nuentras denuncia a toda la sociedad hunde de una patada un trozo del féretro, al que arrastran mientras suena el toque militar de ora ción. Puede que sea la escena más dura del teatro español actual; como puede que sea la obra más importante de este año.Traduzco ahora, como puedo, del inglés (porque no sé usar el castellano en ese tono: nada más distinto, claro, del valor superior que da el actor y su tono del texto traducido por Eduardo Fuentes) una frase característica: "Elige una vida, una carrera, un trabajo. Y una jodida televisión enorme. Una lavadora, coches, altas fidelidades. Abrelatas eléctricos. Buena salud, colesterol bajo, dentistas pagados. ( ... ) Elige tu futuro, elige la vida. Pero ¿por qué haría yo una cosa así? Yo escojo no escoger la vida. Y las razones no son razones. ¿Quién necesita razones cuando tiene heroína?".

Desde un punto de vista de creación teatral, desde la sala hasta el público mismo, todo corresponde a la intención de la obra. Los actores: Nancho Novo, como excelente primer actor; y Roberto Cairo, y Palomeque. Con ellos, Alejandra Fierro (en el original es un actor). A todos les aclama el público: ese público preciso, con sus grititos característicos, sus silbidos agudos.

Creo que he explicado lo suficiente como para que muchos sepan que deben ir a ver lo que me parece la mejor obra del año (y repito que no sólo por Irvine WeIsh, sino por Eduardo Fuentes) y para que otros comprendan que es mejor no acercarse.

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