_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Prosa cubana

LA POSICIÓN común sobre Cuba adoptada por los Quince a instancia española pone en prosa comunitaria y formal lo que ya venía haciendo la Unión Europea con La Habana. En la práctica, poco cambiará: el diálogo con Cuba, al que de nuevo y acertadamente se apunta el Gobierno de Aznar, volverá a primar sobre el castigo. En la estela de la iniciativa española en la UE, los Quince se han propuesto asumir una serie de iniciativas, de limitado alcance, con el objetivo de insuflar en la dictadura de Castro alguna voluntad de tránsito hacia la democracia. Pero la postura común no condiciona estrictamente a esta apertura el mantenimiento del nivel actual de cooperación -muy limitado, por lo demás-, sino su aumento o un eventual acuerdo de cooperación.No ha habido un giro de fondo en la política de los Quince, aunque la adopción de una posición conjunta constituye por sí misma una novedad. Frente a la pretensión inicial española de la presión a través del acoso, la diplomacia comunitaria ha antepuesto su tradicional presión sin ruptura: poner la zanahoria delante para in tentar que se mueva el régimen castrista, numantinizado y anquilosado hasta el límite por los intereses de su propia nomenklatura. España, en un viraje hacia la modera ción que parece haber encabezado el titular de Exteriores, Abel Matutes, no parece disgustada con que se haya quitado hierro a su propia propuesta inicial, y anuncia la reanudación del diálogo con La Habana, pese a la negativa del plácet al diplomático José Coderch. Matutes ha acertado al no reaccionar con vehemencia ante tal afrenta, lo que facilita la reconstitución del consenso so bre la política española en relación a la isla caribeña.

El Gobierno de Aznar se congratula de haber patrocinado una iniciativa que ha sido secundada por sus socios europeos. Una redacción menos chirriante de su primer borrador le habría evitado correcciones posteriores. Con todo, este acuerdo puede servir de pretexto a Clinton para aplazar de nuevo la aplicación de la ley Helms-Burton. Ese sería, paradójicamente, el principal éxito de la iniciativa española.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_