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Garzón procesará a los ex guardias Dorado y Bayo por el atentado contra los hermanos Olaskoaga

El juez Baltasar Garzón procesará a los ex guardias civiles Enrique Dorado Villalobos y Felipe Bayo por el atentado cometido por los GAL en la localidad francesa de Biriatou el 18 de noviembre de 1984, en el que resultó muerto el ciudadano francés Christian Olaskoaga y gravemente herido su hermano Claude. Dorado y Bayo están ya procesados -y en prisión preventiva- como autores materiales del secuestro, torturas y asesinato de los presuntos etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala en 1983.

Ayer fueron citados a declarar por el juez Garzón, pero ambos ex agentes se negaron a responder. Enrique Dorado vestía pantalones tejanos rasgados, jersey, chamarra verde y gorro de lana de montañero del mismo color. Bayo, traje verde claro. Ambos fueron conducidos esposados a presencia del juez y ambos se negaron a contestar a todas y cada una de las preguntas formuladas por el magistrado.

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La tensión llegó a ser tan palpable que Bayo ni siquiera quería decir su nombre y tuvo que ser requerido para ello.

Un testigo protegido -al parecer el también ex guardia civil José María Velázquez Soriano- declaró el pasado mes de marzo ante Garzón que el atentado de los GAL contra los hermanos Olaskoaga fue realizado por Kike y Andía (alias utilizados por Dorado y Bayo, que dispararon desde una motocicleta BMW de gran cilindrada. Varios medios informativos tienen publicado que la moto utilizada en ese atentado era propiedad del hermano de Dorado Villalobos, también guardia civil del servicio de información y las unidades antiterroristas del cuartel de Intxaurrondo en la fecha en la que ocurrieron los hechos. También ha sido publicado que los ex agentes, durante el atentado, perdieron una pistola y una lenteja (auricular de tamaño diminuto para comunicarse entre ellos).

Velázquez Soriano estuvo también en el juzgado de Garzón ante la eventualidad de un careo entre él y los ex agentes, que finalmente no se produjo ante la negativa de Dorado y Bayo a declarar y a carearse.

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Sin medidas cautelares

Finalizada la diligencia, Garzón no adoptó ninguna medida cautelar contra ellos, aunque les notificó una resolución de cinco líneas en las que anticipa su procesamiento. En el auto, el magistrado señala que no es el momento procesal oportuno para realizar la vistilla prevista en el artículo 504 de la ley de Enjuiciamiento Criminal -con el fin de adoptar medidas cautelares-, aunque se efectuará tras el procesamiento.

Un tercer guardia civil, José Romero Béjar, el Moro, destinado en el cuartel de Intxaurrondo en 1983, también estaba citado a declarar ayer como imputado ante Garzón en relación con los mismos hechos. Romero, al igual que Dorado y Bayo, se acogió también a su derecho a no declarar.

El agente se negó también a participar en careo alguno con el ex guardia José Velázquez Soriano.

Velázquez declaró a la salida de la Audiencia Nacional que se había ratificado en las anteriores declaraciones prestadas ante el juez y solicitó a los miembros de los servicios de información del cuartel de Intxaurrondo, que declararán ante el juez de cuatro en cuatro a partir del próximo lunes, que digan la verdad.

Garzón investiga el atentado contra los Olaskoaga en el marco del caso Oñederra, en el que se indagan además otros tres atentados de los GAL contra presuntos etarras, la experimentación de fármacos en mendigos y el secuestro del grapo Jesús Cela Seoane, así como el envío de cartas bombas a simpatizantes de ETA.

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